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Halloween beauties Andrew Tarusov

 

El Nuevo Apogeo - Brian W Aldiss

 Apogee Again (1999)

No sé si os lo vais a creer, pero hubo un tiempo en que vivíamos en un mundo diferente. Muy parecido al nuestro, pero un poquito diferente.

Una de las diferencias era el comportamiento del sexo femenino. Pero entonces, como siempre habíamos imaginado, las mujeres tenían alas y sabían volar. Las alas no eran como las de los ángeles, sino más parecidas a la cola de un pavo, de aspecto frágil, multicoloreadas, en tonos que capturaban y reflejaban la luz del sol. Y eran enormes. Oh, las mujeres estaban tan hermosas cuando volaban desnudas sobre nuestras cabezas. Era de dominio público que algunos jóvenes morían cuando contemplaban esa belleza intolerable.

Debido a la naturaleza de su dieta, sus deyecciones eran leves y caían flotando al suelo, casi desafiando la ley de la gravedad.

Debería decir que las mujeres vivían en lo alto de grandes columnas huecas. Nadie conocía la antigüedad de las columnas, pero tampoco se habría concedido crédito a quien lo supiera. Eran las columnas que sostenían las plataformas elevadas. Mujeres jóvenes y viejas volaban de una enorme plataforma aérea a otra, esas inmensas plataformas donde a los hombres no les estaba permitido poner el pie. Como contaré más adelante, las mujeres voladoras bajaban a la altura del suelo en ocasiones, por supuesto. Algunas se casaban con hombres. El día de la boda, o cuando perdían la virginidad, pasara lo que pasara antes, las plumas caían de sus alas. Las estructuras de las alas se marchitaban y morían. Y desde aquel día, las mujeres casadas tenían que ir a pie por todas partes. Y comportarse como personas normales, que ni siquiera imaginan lo que es volar. En la época de la que estoy hablando, cuando el mundo se estaba oscureciendo cada vez más y el sol empequeñecía, corría un dicho entre los hombres: «Si Halón hubiera querido que voláramos, no nos habría dado testículos».

Los hombres que vivían en el suelo no creían en nada. Hasta la idea de la existencia de un Halón procedía de las mujeres. Vivían al día, lo cual significaba que les costaba imaginar lo que no tenían delante de las narices. Pero las mujeres poseían una fe, y bastante ridícula, llena de fantasías extravagantes.

Las mujeres se aferraban los genitales cuando recitaban, «Creo que nuestra breve vida no lo es todo. Creo que después del final de nuestras vidas, la oscuridad pervivirá. Creo que volarán dragones y nos devorarán a todas, hasta el último pedazo, incluidas las partes útiles que asimos».

Deliciosos estremecimientos se apoderaban de ellas cuando recitaban este mantra cada día al anochecer. Porque creían y no creían al mismo tiempo. La idea de dragones voladores era tan…, bien, ridícula, a decir verdad.

Había otras muchas cosas que preocupaban a las mujeres, por supuesto. Cantar era, prácticamente, un arte marcial. Acicalarse las alas ocupaba mucho tiempo. Moverlas era un ejercicio diario. Se decía que, por las noches, dos mujeres conchabadas se lanzaban sobre un hombre distraído y le conducían a su Plataforma, donde lo compartían. En tales ocasiones, sus alas no perecían.

Las mujeres cantaban su felicidad desde las alturas. Los hombres captaban tenues melodías. Algunos hombres habían muerto por amor a la música. Se habían inventado grandes amplificadores de hojalata batida, con el fin de que la música se oyera con más claridad. De fabricar amplificadores se ocupaban los amplificeros.

Fabricante de calor era una ocupación modesta. Nadie podía inventar el fuego, porque las llamas no podían tolerar nuestra compleja atmósfera.

La profesión mejor considerada al nivel del suelo era la de elevador. Los elevadores siempre estaban creando alas falsas, que el comprador se sujetaba al cuerpo para intentar ascender hasta las plataformas. ¡Cualquier cosa con tal de atrapar a una de aquellas beldades aladas! Hasta el momento, sólo el joven Dedlukki lo había conseguido. Otros habían logrado elevarse hasta la altura de las plataformas, pero las mujeres les habían repelido con palos, hasta que cansados de agitar los brazos se habían precipitado a su muerte en el lejano suelo.

Así que las mujeres volaban libres, disfrutando de las brisas, y los hombres trabajaban o cuidaban de sus rebaños. Las mujeres volaban libres, recortadas contra un cielo turquesa que iba cambiando poco a poco de color, mes tras mes, derivando hacia un gris más ominoso, y del gris a un rojo deslustrado. Las mujeres volaban libres mientras el calor daba paso gradualmente al frío.

El elevador Wissler era un hombre que sabía poco de estas cosas. Wissler fue quien convocó al consejo y anunció por primera vez que estaba ocurriendo lo que él llamaba Enfriamiento Global, y que llegaría un momento en que la atmósfera se congelaría, a menos… Ah, pero ¿a menos qué? Se suscitó un gran debate.

Por fin, se tomó la decisión de consultar a las mujeres al respecto. Enfocaron los amplificadores de hojalata hacia las alturas.

—Hermosas damas, terribles cambios van a acontecer en nuestro mundo. El sol continúa alejándose. Antes de que alcance la máxima distancia, la mayor parte de nuestro aire se transformará en océano. Eso dicen los sabios.

»Y los hombres sabios hablan de dragones que devorarán el mundo.

»¿Cómo podemos devolver el calor a nuestras tierras? Sólo mediante el calor de nuestros cuerpos. En consecuencia, os suplicamos con toda humildad que permitáis a cierto número de jóvenes y hombres apuestos subir los dos mil peldaños ocultos en el interior de vuestras columnas y acceder a vuestras plataformas. Cohabitarán con vosotras, y fornicarán con vosotras a base de introducir sus pegos en vuestros encantadores lares. La fricción resultante devolverá el calor a nuestro mundo agonizante. Os rogarnos que aceptéis nuestra oferta.

Risas agudas llegaron desde el mundo superior. Voces mordaces transmitieron burlas. Algunas decían: «¡Excelente treta, hombres idiotas! ¡Pero no nos engañáis!». Otras gritaban «¡No os vamos a recibir aquí arriba! ¡De ninguna manera!».

Los hombres volvieron a cuidar de sus ovejas y vacas. La temperatura descendió. Nuestra atmósfera estaba compuesta de cuatro gases principales. El gas al que llamábamos aspargo sufrió alteraciones. Estallaron extrañas tormentas Aunque el aspargo no es respirable, dio la impresión de que facilitaba nuestra respiración. Estaba subiendo, de modo que la respiración al nivel del suelo se hizo irregular. Cuanto más frío hacía, más subía el aspargo.

En cuanto a las mujeres, sufrían mucho debido a su desnudez. Sus hermosas alas perdieron lustre. Se les cayeron las plumas, hasta que ya no pudieron volar. Por fin, cuando pareció que el cielo se había teñido de rojo para siempre, y una extraña niebla lo invadía todo, una mujer de edad avanzada que todavía conservaba las alas bajó al suelo y convocó al elevador Wissler y los demás.

Dirigió la palabra a la multitud congregada.

—Hablo en nombre de la mayoría de nuestras mujeres. Hemos observado que el aire se enfría y cuesta más respirar. Por lo tanto, proponemos bajar a vuestro nivel para presentar nuestros lares a vuestros pegos, con el fin de que tenga lugar un coito masivo y el calor generado devuelva nuestro planeta al estado de felicidad en que se encontraba.

»Somos conscientes de que esta acción tal vez parezca desagradable, pero no se nos ocurre otra alternativa. Vuestros Jovenes han de cumplir su deber por el bien de la raza.

No demostró la menor sorpresa cuando los jóvenes accedieron de inmediato y con entusiasmo a su propuesta. Muchos se presentaron voluntarios. Confesaron que sus pegos ya estaban preparados para cumplir su deber y entrar en varios lares. Se acordó un día, y con bastante precipitación, pues el aumento del frío amenazaba con provocar una terrible letargia. El sol era poco más que un ojo congelado, empequeñecido bajo su párpado de nubes que lo eclipsaban. Los hombres estaban desesperados, pues algunos animales de los que dependían para subsistir habían caído en una extraña catalepsia, de la que era imposible despertarles.

El día acordado, las mujeres bajaron los dos mil peldaños tallados en el interior de sus grandes columnas. Ninguna podía volar. Sus alas inútiles rozaban la pared interior mientras descendían. Colgados cabeza abajo, en la parte inferior de los grandes peldaños, había objetos grandes similares a babosas. Se removieron cuando las mujeres pasaron. Uno o dos incluso extendieron delgadas antenas de quisquilla, como si examinaran el desfile.

El suelo pareció muy oscuro a las mujeres. Algunas estaban asustadas. Los hombres las recibieron con antorchas llenas de oropéndolas, aunque el brillo de las antorchas ya no era tan intenso como antes. No obstante, bastaron para que los hombres condujeran a las mujeres hasta su Gran Salón, donde se habían instalado cuarenta toscas camas, con mantas de colores chillones, veinte a cada lado del salón, con un estrecho espacio en medio para que cualquiera pudiera caminar y tomar posiciones.

Casi todas las mujeres se habían cubierto con trozos de tela para no pasar frío. Mientras se desvestían, los hombres también se quitaron sus toscas prendas a toda prisa. Se presentaron a sus parejas. Algunos pegos ya estaban en posición de firmes. Otros necesitaron cierta persuasión. Sonó un gong, una nota algo apagada. Los ochenta participantes se acostaron en las camas, uno al lado del otro. Se besaron y palparon las partes principales de la pareja, como los pegos, los lares y los tutis.

A otro golpe de gong, comenzó la fornicación en masa. Ochenta traseros se movieron al unísono. Un sonido de succión invadió la sala. Se generó mucha excitación y calor. De hecho, como el sorprendido superintendente comentó después, «el semen generado bastaba para llenar botellas de leche suficientes para alimentar a todos los cahows del planeta».

Hacia el final de aquella larga jornada, los hombres descubrieron que preferían la inmovilidad. Se estaba produciendo efecto neuroléptico. Los traseros dejaron de moverse, hasta quedar inmóviles como una talla. Las mujeres se libraron de sus cargas y se levantaron con dificultad, porque también estaban derivando hacia la inmovilidad. Pasaron por encima de los cuerpos inertes de los hombres y abandonaron el Gran Salón del Esparcimiento y la Copulación. Entonces, sus ojos entornados descubrieron un extraño espectáculo.

Una profunda niebla azul, casi tan espesa como melaza cubría el suelo, hasta la altura de la rodilla, y continuaba subiendo. El aire parecía compuesto de copos de nieve, y transmitía ruidos extraños, algunos toscos, algunos musicales. La atmósfera se estaba depositando. Las mujeres, sujetándose mutuamente para no caer, en muchos casos con sus vestidura aleteando en el viento, volvieron hacia sus columnas.

Se esforzaron por entrar, se esforzaron por subir unos pocos peldaños, hasta que una extraña catalepsia se apoderó de ellas. La última mujer que entró miró hacia arriba, y vio a través de un jirón en las nubes que su sol, en otro tiempo cordial ya no era más que una chispa lejana.

—Nos equivocamos —exclamó con voz ahogada—. ¡Demos gracias a Halón!

El fenómeno del apogeo se intensificó, aceleró, como si siguiente perihelio no distara varios miles de años.

La luna apareció, como una lámpara en el cielo atormentado. No consiguió iluminar. Rodaba muerta en su órbita. La nieve caía en largas varillas remolineantes, en lugar de copos individuales. La niebla azul se había espesado, y se convirtió en líquido. Al cabo de pocas horas, hasta el Gran Salón del Esparcimiento y la Copulación estaba inundado. Sólo tejado sobresalía del agua. Después, el tejado se hundió bajo olas ominosas. Ningún grito brotó de las gargantas de los hombres: todos se habían enamorado de la oscuridad, las profundidades abisales y los silencios voraces de la eternidad.

Continuaba lloviendo. Y el agua subía por los costados de las columnas.

¿Qué había sido de las mujeres refugiadas dentro de esas columnas?

El cambio de la atmósfera las redujo a la catalepsia, sobre los grandes peldaños. Se aovillaron juntas en una parodia de algún desastre étnico, se transformaron en algo sólido. Los pulmones dejaron de moverse, los corazones de latir, la sangre de circular. Sus úteros, aquellos receptáculos de un futuro lejano, se convirtieron en porcelana. Y lo que contenía aquella cámara de porcelana era una cosa diminuta y paciente, una mera multiplicidad de células, satisfecha con esperar durante siglos de frío y oscuridad, hasta que una vez más planeta y satélite surcaran siglos de proximidad.

Por encima de aquellos guiñapos de maternidad momificada, las cáscaras que colgaban de la parte inferior de los escalones empezaron a moverse. Se estaban agitando, despertando de un largo sueño filogénico en que la noche era día y el día era noche, y el escroto de una gamba contenía todas las dimensiones.

Las gambas habían revivido y ascendían, todavía medio dormidas, a través de los cilindros inundados, hasta estallar en toda su gloria sobre su entorno resucitado, todo oscuridad crepuscular y aspargo vivificante. El aspargo, con su punto de congelación bajo, lanzaba vientos nuevos sobre un enorme mar bravío, que de vez en cuando rompía contra las plataformas.

Por debajo de ellas se extendía un océano de atmósfera antigua. Por encima, el manto magnificente de estrellas, como si una nueva llama abrasara la galaxia. En verdad había fuego, convertido en diamantes…

Sus bigotes crecieron al verlo y olerlo. Sus cuerpos se estiraron como medias elásticas. Sus numerosas piernas desarrollaron altura, músculos y actividad. El color apareció a lo largo de sus cuerpos huecos. Corrieron chillando de felicidad, regocijándose del privilegio de estar vivas, conscientes… volando. Pues mientras corrían, sus alas brotaron como flores gigantescas, se extendieron, batieron como cometas y transportaron sus frágiles cuerpos al corazón del alegre aspargo oscuro.

Cuando sus cuerpos se elevaron, también lo hicieron su ánimos. El aspargo estaba encendido de color.

Y la raza negativa, libre de información, libre de conocimientos, libre de cualquier sabiduría, excepto la de navegar en los vientos sobre el océano, partió a diseminar su semilla en grandes regueros perfumados sobre los zafiros de hielo, hasta que la aurora solar despuntó, y una vez más la luz del sol regresó para cumplir su deber con los seres que existían bajo ese océano atmosférico.

Ninguna especie conocía a la otra. Cada una tenía su turno de felicidad. Para cada una, la otra especie era como un sueño.

Como ya he dicho, este mundo era muy parecido al otro aunque un poco diferente.

Falleció el escritor sueco Henning Mankell

Falleció el escritor sueco  Henning Mankell

CULTURA | 2015/10/05 06:35


Falleció el escritor sueco de novela negra Henning Mankell

Deja una obra compuesta por unos 40 títulos, una docena de ellos de la serie sobre el comisario Kurt Wallander, su personaje más famoso.

El escritor sueco de novela negra Henning Mankell falleció a los 67 años de edad tras una larga enfermedad, anunció este lunes su editorial en Estocolmo.
Henning Mankell, a quien le diagnosticaron un cáncer a principios de 2014, "se apagó apaciblemente esta noche en Gotemburgo", en el oeste de Suecia, anunció la editorial Leopard en su página web.
El escritor sueco, que vivía a caballo entre Suecia y Mozambique, era uno de los principales exponentes de la novela negra nórdica junto a Jo Nesbo, Arnaldur Indridason y los considerados "padres" del género Maj Sjöwall y Per Wahlöö.
Mankell, que vendió 40 millones de libros a lo largo de su carrera, deja una obra considerable compuesta por unos 40 títulos, una docena de ellos de la serie sobre el comisario Kurt Wallander, su personaje más famoso.
"La solidaridad con los débiles y los oprimidos atraviesa toda su obra como un hilo rojo", escribe Leopard, la editorial que fundó en 2001 con el editor Dan Israel.
Henning Mankell estaba casado con Eva Bergman, de 70 años, hija del cineasta Ingmar Bergman con quien tenía una relación cercana.

http://www.semana.com/cultura/articulo/henning-mankell-el-escritor-sueco-de-novela-negra-fallecio/445028-3

Un paquete con varios de sus libros.

Whitney Pollett

David Gilmour: Rattle that lock Deluxe Edition (Flac)

Rattle that lock es el cuarto álbum del músico británico David Gilmour, después de On a Island de 2006.

Debo confesar que cuando escuhé el primer single, que le da título al álbum, me sentí un poco perdido, ya que no encontraba ese sonido tan característico de Gilmour, pero al escuchar el álbum completo, pude constatar que sigue estando presente su vena lírica, esos solos de guitarra melancólicos y la producción pulida y delicada que le ha conferido a todos sus trabajos en los últimos años.

 

Excelente para acompañar una mañana de domingo.

 

Rattle that lock Deluxe Edition (Flac) por Mega.

Bicicleta Sem Freio

 

 

Andrew Archer

 

Poesía peruana: Osman Alzawihiri

POESÍA PERUANA: OSMAN ALZAWIHIRI


16 sep 2015


Presentamos la poesía de Osman Alzawihiri (Puno, Perú, 1982). Es docente de literatura y poeta. Ha publicado: Chuspa del café (2009), Sudario 2981 (Poesía, 2010) Herbaje de incienso (Poesía, 2011), Ichus negro (Poesía, 2013). Primer premio Horacio de Educación en el área de poesía 2011. Ha participado en el Festival de poesía Enero en la palabra 2014. Organizó el Primer Recital de poesía Transito de Humo. Es Director y compilador de la Revista de literatura Hado Tártaro.

 

 

LXVIII

leños para verme a diario y caminar hacia uno mismo sin soltar la pita y salutar espejos rotos que vuelan como hojas de nieve | la noche se recrea en rostros desmemoriales | perdiéndose unos tras otro | detrás de ese río inmóvil para verse en la diestra corpuscular anónimo| por eso ya están ornados de negro | ahí está | la dulzura que desangró los nubes rojos | tal vez oré a quien se fue sin mí| PERO VOY ENCEGUECIDO Y MUDO COMO SI ANDUVIERA CIUDADES

 

 

 

http://circulodepoesia.com/2015/09/poesia-peruana-osman-alzawihiri/

Luis Cernuda: 21 de septiembre de 1904

 

 

BIRDS IN THE NIGHT

 

El gobierno francés, ¿o fue el gobierno inglés?, puso una lápida

En esa casa 8 Great College Street, Camden Town, Londres,

Adonde en una habitación Rimbaud y Verlaine, rara pareja,

Vivieron, bebieron, trabajaron, fornicaron,

Durante algunas breves semanas tormentosas.

Al acto inaugural asistieron sin duda embajador y alcalde,

Todos aquellos que fueran enemigos de Verlaine y

Rimbaud cuando vivían.

 

La casa es triste y pobre, como el barrio,

Con la tristeza sórdida que va con lo que es pobre,

No la tristeza funeral de lo que es rico sin espíritu.

Cuando la tarde cae, como en el tiempo de ellos,

Sobre su acera, húmedo y gris el aire, un organillo

Suena, y los vecinos, de vuelta del trabajo,

Bailan unos, los jóvenes, los otros van a la taberna.

 

Corta fue la amistad singular de Verlaine el borracho

Y de Rimbaud el golfo, querellándose largamente.

Mas podemos pensar que acaso un buen instante

Hubo para los dos, al menos si recordaba cada uno

Que dejaron atrás la madre inaguantable y la aburrida esposa.

Pero la libertad no es de este mundo, y los libertos,

En ruptura con todo, tuvieron que pagarla a precio alto.

 

Sí, estuvieron ahí, la lápida lo dice, tras el muro,

Presos de su destino: la amistad imposible, la amargura

De la separación, el escándalo luego; y para éste

El proceso, la cárcel por dos años, gracias a sus costumbres

Que sociedad y ley condenan, hoy al menos; para aquél a solas

Errar desde un rincón a otro de la tierra,

Huyendo a nuestro mundo y su progreso renombrado.

 

El silencio del uno y la locuacidad banal del otro

Se compensaron. Rimbaud rechazó la mano que oprimía

Su vida; Verlaine la besa, aceptando su castigo.

Uno arrastra en el cinto el oro que ha ganado; el otro

Lo malgasta en ajenjo y mujerzuelas. Pero ambos

En entredicho siempre de las autoridades, de la gente

Que con trabajo ajeno se enriquece y triunfa.

 

Entonces hasta la negra prostituta tenía derecho de insultarles;

Hoy, como el tiempo ha pasado, como pasa en el mundo,

Vida al margen de todo, sodomía, borrachera, versos escarnecidos,

Ya no importan en ellos, y Francia usa de ambos nombres y ambas obras

Para mayor gloria de Francia y su arte lógico.

Sus actos y sus pasos se investigan, dando al público

Detalles íntimos de sus vidas. Nadie se asusta ahora, ni protesta.

“¿Verlaine? Vaya, amigo mío, un sátiro, un verdadero sátiro

Cuando de la mujer se trata; bien normal era el hombre,

Igual que usted y que yo. ¿Rimbaud? Católico sincero, como está demostrado.”

Y se recitan trozos del “Barco ebrio” y del soneto a las

“Vocales”.

Mas de Verlaine no se recita nada, porque no está de moda

Como el otro, del que se lanzan textos falsos en edición de lujo;

Poetas jóvenes, por todos los países, hablan mucho de él en sus provincias.

 

¿Oyen los muertos lo que los vivos dicen luego de ellos?

Ojalá nada oigan: ha de ser un alivio ese silencio interminable

Para aquellos que vivieron por la palabra y murieron por ella,

Como Rimbaud y Verlaine. Pero el silencio allá no evita

Acá la farsa elogiosa repugnante. Alguna vez deseó uno

Que la humanidad tuviese una sola cabeza, para así cortársela.

Tal vez exageraba: si fuera sólo una cucaracha, y aplastarla.

 

 

 

http://circulodepoesia.com/2015/09/luis-cernuda-1904-1963-aniversario-de-su-nacimiento/

The Andromeda Strain y Riverwold

Desconozco el material literario en que esta basada la serie Riverworld, de manera que no puedo opinar que tan fiel o no ha sido esta adaptación a la saga original, viendome obligado a juzgar sólo el material filmado; lo primero que me llamó la atención de esta serie fue su condición de historia trunca, revisando en internet me entero que se trataba del piloto creado para SyFy, cuya continuidad dependía del rating, pero me pregunto cómo pretendian convertir en serie una historia tan plana y por momentos aburrida como esta, con un guión que no engancha, que no crea suspenso, y unos personajes silueteados de la manera más burda; ni siquiera el supuesto planeta río crea la menor inquietud en el espectador y por supuesto las premisas sobre las que se construye la historia, no sólo no son resueltas sino que además resultan muy endebles: la tierra ha sido destruida y una raza superior resucita seres humanos en otro planeta.

Si debiera basarme en esta miniserie para lanzar un juicio sobre los libros de Philip J Farmer, no me acercaría a esta saga ni aburrido.

Por el contrario, sí he leído el tecno thriller sobre el cual se basa la miniserie The Andromeda Strain y puedo decir que es una historia entretenida y correctamente narrada, que el film clásico de 1971 respeta casi en su totalidad, no así esta nueva adaptación que busca imprimirle más suspenso a base de crear más preguntas acerca del virus, su origen y las consecuencias de su exposición, en medio de un ambiente de conspiraciones gubernamentales, que lo único que logra es que el espectador se pierda por momentos entre tantas ramificaciones de la historia central, la cual se enfoca en un grupo de científicos, cada cual con sus problemas que a mí como espectador no me parecieron nada interesantes, enfrentados a un virus de origen desconocido pero de efectiva mortalidad que ha llamado la atención de la milicia, la prensa y oscuros intereses dentro de la Casa Blanca... como digo, complicaron demasiado el guión original para nada, porque los personajes no crean ligazón con el televidente, el trhiller no supera en nada otras películas de conspiraciones científicas con posible fin del mundo que hayamos visto antes, el suspenso se esparce como el virus pero no inocula y el final abierto, en espera que el rating hiciera redituable una continuación, no permiten crear un clímax a la historia.

La esperanza es la cosa con plumas: Emily Dickinson

La esperanza es la cosa con plumas
 
 
La esperanza es la cosa con plumas

Que se posa en el alma,

Y canta la tonada sin palabras,

Y nunca jamás se detiene,

Y más dulce en el vendaval se oye;

Y severa debe ser la tormenta

que pueda perturbar al pequeño pájaro

que hizo conservar el calor a tantos.

Lo he oído en la tierra más fría

y en el mar más extraño;

sin embargo, nunca, en la adversidad,

pidió de mí una migaja.

 

http://circulodepoesia.com/2015/09/diegesis-emily-dickinson/

Microrelatos de Kafka

Pero bajo aquella gran humareda arde el fuego, y aquél cuyos pies arden no se librará ciertamente por el hecho de que no ve más que turbio humo.

 

 

 

Miramos, asombrados, aquel caballo gigantesco. Había traspasado el techo de nuestra habitación. El cielo nublado se deslizaba perezosamente a lo largo de su forma poderosa y su crin susurraba al viento.

 

 

 

El suicida es un preso que ve, en el patio de la prisión, una horca, cree erróneamente que le está destinada, se escapa por la noche de la celda, baja y se ahorca solo.

 

 

 

Las cosas fáciles son difíciles. Tan fáciles y tan difíciles. Como una cacería, en la que el único lugar donde se puede descansar es un árbol del otro lado del gran océano.

¿Pero por qué emigraron allá? La resaca en la costa es fuertísima, su territorio es tan estrecho y tan invencible. .

Si no hubieses preguntado habrías vuelto a la patria, pero tu pregunta te hará vagar aún por el gran océano. No fueron ellos quienes emigraron, fuiste tú.

 

 

Siempre listo, su casa es portátil, vive siempre en su patria.

 

 

 

Podría estar muy contento. Estoy empleado en el ayuntamiento. ¡Qué importante ser empleado del ayuntamiento! Poco trabajo, sueldo suficiente, mucho tiempo libre, y gran consideración a los ojos de toda la ciudad. Si considero bien la situación de un empleado del ayuntamiento no puedo dejar de envidiarlo. Y sin embargo, ahora lo soy yo mismo, soy empleado del ayuntamiento... y quisiera, si pudiese, arrojar esta dignidad mía al gato de la oficina, que todas las mañanas va de cuarto en cuarto recogiendo los restos de nuestros almuerzos.

 

 

 


 

 

 

 

Novelas adaptadas al cine

Como fanático de la literatura y el cine, quisiera que existiera una especie de hermandad, de transposición, entre las historias escritas y su representación en la pantalla; pero conciente de que esto es imposible, al tratarse de dos medios de expresión totalmente diferentes, uno espera que por lo menos la película haga honor al libro y a los personajes, y no se quede sólo con la premisa básica del argumento, como sucede la mayoría de las veces, y se me viene a la mente La insoportable levedad del ser de Philip Kaufman en la que, ni por casualidad, aparecen las reflexiones de los personajes que le dan la razón de ser, e incluso el título, a la novela, quedándose en una mera historia de amor que sólo ví hasta el final por Juliette Binoche.

Mucho se ha hablado de los cambios en el guión de la serie Game of Thrones, pero teniendo en cuenta que los últimos tomos de la saga han sido bastante aburridos (y me considero super fan,  no detractor), creo que lo que hicieron los escritores de la serie estuvo muy bien, no se adhirieron a lo escrito, sino que jugaron con los personajes, los profundizaron de otra manera a la propuesta por el autor e hicieron suya la historia, incluso cambiandola; algo que debió tener en cuenta Peter Jackson en su adaptación-trilogía innecesaria de El Hobbit.

 

Y es que lo que fue un acierto en El Señor de los Anillos, la creación de los personajes, el enganche que sentimos, la épica, los paisajes, el guión, trasladado a esta nueva trilogía se pierde en una historia plana, llena de tantos personajes que uno no acaba de conectar con ninguno, la búsqueda parece un plan sin sentido, incluso las peleas de orcos y elfos se notan tan falsas y vacías de vitalidad en su derroche de efectos, que yo personalmente sólo ví la primera en cine, la segunda en casa y la tercera no me dan ganas.

Y es que el director no debería sentir remordimiento alguno en irrespetar la historia si nos va a presentar un nuevo mundo a partir de algo ya conocido, y así quedó demostrado en El Resplandor de Kubrick, en la que la película es narrada desde la óptica del hotel, mientras en la novela era mostrada desde el punto de vista del niño,  o siguiendo con Stephen King, cómo Frank Darabont convierte un cuento largo ( o novela corta, como sea, y ni siquiera una de las más conocidas del autor), en una gran película en Sueños de Libertad, al propinarle mayor profundidad a los personajes, tomándose su tiempo para construirlos, creándo un universo particular para esa historia, dónde todos esos elementos encajan unos con otros, hasta condensarse en ese pedazo de paraíso nombrado Zihuatanejo.

APÓLOGO DEL PARAÍSO


Eva, transformada en serpiente, ofreció a Adán una manzana.

Fueron arrojados del Paraíso, pero ellos llevaron semillas consigo,

y Adán y Eva encontraron otra tierra y plantaron allí las semillas de paraíso.

 


Podemos hacer siempre el paraíso alrededor nuestro dondequiera que nos encontremos.

Para eso sólo se requiere estar desnudos.

 

Jaime Jaramillo Escobar

Yeeeeeaaaaaaaaaaahhhhhhh!!!!!!!

Eric Bowman

Get busy livin by cassiaramone

 

Tim Lee

 

Flamenco Dancer - Francisco Pons Arnau

Tous Les Matins De Mond

Fotografías de SemihKanmaz  en Deviantart

 

Tous Les Matins De Mond - II 

UNHIDDEN BEAUTY III

 

 

MIDDLE OF NOWHERE

El mal total lleva las riendas en Occidente

"A menos que el mundo entienda que el mal total reina en Occidente, la humanidad no tiene futuro"Publicado: 22 ago 2015 08:19 GMT

"Durante 14 años, Europa ha apoyado el militarismo agresivo de Washington, que ha asesinado y dislocado a millones de personas que nunca levantaron un dedo en contra de Washington", explica el economista.


El problema de los inmigrantes es un castigo para Europa por su indiferencia y por ser cómplice del militarismo agresivo de Washington, asegura el exasesor económico del gobierno de Ronald Reagan, Paul Craig Roberts.
Europa está siendo invadida por refugiados que huyen de las políticas hegemónicas de Washington e Israel en Oriente Medio y el norte de África, que dan lugar a la masacre de civiles, escribe el analista en su nuevo artículo.
No obstante, aunque en todos los medios occidentales hay informes lamentando el flujo de inmigrantes, "en ninguna parte hay referencia alguna a la causa del problema", agrega el autor.
Mientras tanto, prosigue Paul Craig Roberts, los mismos Gobiernos europeos y "sus poblaciones indiferentes" son los responsables de sus problemas con el flujo de inmigrantes.
A su juicio, "la destrucción de países enteros como Irak, Libia y Afganistán, y ahora Siria y Yemen, y la continua masacre estadounidense de civiles pakistaníes con la complicidad total del Gobierno pakistaní corrupto y traidor, produjo el problema de los refugiados que los europeos imbéciles trajeron sobre sí mismos".
"Europa merece el problema, pero no es suficiente castigo por sus crímenes contra la humanidad al apoyar la hegemonía mundial de Washington", afirma el columnista.
El problema, según él, es que en el mundo occidental, "la indiferencia reina tanto sobre los Gobiernos, como sobre la gente".
"Del mismo modo que los idiotas europeos crean sus propios problemas con los refugiados, los idiotas estadounidenses crean sus propios problemas terroristas", lamenta el autor, añadiendo que "es un sinsentido" que parece no tener fin.

 


Cuando los grupos de interés controlan a los políticos 

En su artículo, el economista crítica también la agresión y las falsas acusaciones de Washington y de la Unión Europea contra Rusia.
"EE.UU. opera sobre la base de teorías que a priori justifican los prejuicios y los deseos estadounidenses", opina el autor, aseverando que "esta es una receta para la guerra, los desastres, y la desaparición de la humanidad".
Sin embargo, aunque en EE.UU. hay "comentaristas que realmente creen que un presidente puede cambiar las cosas", la verdad es que "en la política estadounidense, los grupos de interés son más poderosos que los políticos electos", sostiene Roberts.
En este sentido, revela que "los intereses privados fueron apoyados por la decisión del Tribunal Supremo republicano de que comprar al Gobierno de Estados Unidos por el dinero de las corporaciones es el ejercicio constitucionalmente protegido de la libertad de expresión".
"Para ser completamente claro, la Corte Suprema de EE.UU. dictaminó que los grupos de interés organizados tienen el derecho de controlar al Gobierno de Estados Unidos", detalla el experto.
"En virtud de esta decisión de la Corte Suprema, ¿cómo puede EE.UU. pretender ser una democracia? ¿Cómo puede Washington justificar sus asesinatos genocidas con 'llevar la democracia' a los diezmados?", se pregunta el analista y concluye: "A menos que el mundo despierte y se dé cuenta de que el mal total lleva las riendas en Occidente, la humanidad no tiene futuro".

 


http://actualidad.rt.com/actualidad/183784-roberts-mundo-entender-mal-total-reina-occidente

Pierre-Yves Riveau, PEZ

Pierre-Yves Riveau,  PEZ, ilustra el desierto de lo real.

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Time bandits

Cuando era niño, ví una secuencia en una película que caló profundo en mi imaginario personal: unos viajeros atrapados en el laberinto rectilíneo del desierto; uno de ellos lanza algo contra el horizonte inalcanzable y el paisaje se rompe como un cristal reflectante, detrás del cual el camino sigue para los viajeros.

Esta idea de la realidad como límite, detrás de la cual hay algo más, el sueño, la locura, me acompañó desde entonces, sin que pudiera recordar el nombre de la película.

Más de veinte años después, revisando la filmografía de Terry Gilliam me encuentro con que la mítica cinta es Los Bandidos del tiempo (Time bandits) de 1981.

Lo primero que me encandiló de esta cinta es que está protagonizada por David Rappaport, el recordado inventor de juguetes y detective de la serie El Hechicero, además de la dirección de Gilliam, quien figura en mi panteón personal por otra cinta de mi niñez como es Las aventuras del Barón de Munchausen, desmesurada en su fantasía al punto que durante mucho tiempo soñé con escribir historias como esa, desbordantes, ilímites; después, en mi adolescencia, El rey pescador,  ese Don Quijote suburbano a cargo de Robin Williams me hizo pensar que la ciudad y el género fantástico no se encontraban distanciados; pero fue hace unos años, con la demencial Brazil que aluciné con el inmenso talento del director.

En Los bandidos del tiempo se notan los titubeos del director que busca su propio universo, una cierta indecisión en la escritura del guión, como si las aventuras se atropellaran las unas a las otras hasta la conclusión final, para mí menos espectacular que el resto del film, pero aún así una película muy personal que refleja la fantasía ochentera que tantos buenos ratos nos brindó.

En youtube se puede apreciar en español "gallego".

Woman with a Book

Woman with a Book - Geza Voros

 

Beatrice Offor (1864-1920, English)1

 

 

EMMANUEL GARANT

 

 

Fulvio De Marinis 

 

Kenton Nelson

 

Leonor Fini 

 

 

Nude on a Pink Divan (c.1925). René François Xavier Prinet (French, 1861-1946)

 

 

John Currin