Blogia
estabolsanoesunjuguete

palabras que sangran

Sueños orbitales.

El denso pulsar sòdico de una noche estrellada
un rumor en polvo que cubre el follaje con un rastro de carbono
como si el universo sòlo pudiera construirse
a partir de la noche
en estado nocturno
en òrbita de sueño.

 

vincent 

Hijos, cuento propio

Hijos, cuento propio

Telémaco está triste. Se siente incierto y angustiado.

Su padre, después de diez largos años en el mar, ha regresado a casa y ha reclamado su destino, ha crecido y se ha hecho más sabio, ha padecido y se ha tornado más fuerte.

Ahora es un rey más justo, un padre más sensato, un esposo más dedicado.

Telémaco en cambio, sólo hace unos meses que regresó de su frustrado intento de tener noticias de su padre, en un rápido viaje por los reinos aledaños que, no obstante su cortedad, casi le cuesta la vida. Y sin embargo, continúa siendo un adolescente temeroso, un joven indeciso que se niega a convertirse en  adulto, pues siente miedo de la responsabilidad, del fracaso y de la muerte, un pobre príncipe ensimismado, eclipsado por la sombra de su padre…

Ícaro ha logrado escapar del laberinto con las alas diseñadas por su padre, pero no cree tener la fuerza seminal para trazar por sí mismo una senda que lleve hasta el final.

Teme no cumplir el destino que su padre anhelaba para él, pero también tiene miedo de elegir porque no sabe qué quiere para sí. Y en su incertidumbre, decide rebelarse contra las restricciones de vuelo que su padre le ha impuesto y en un gesto de tosca afirmación, enfila su rumbo directo al sol, sintiendo cómo a su alrededor la cera que une sus alas se deshace en largos hilos, viendo cómo su padre se aleja mientras él oscuramente se desprende hacia el mar…

08-10-09

Cuentos fantàsticos

El libro

Fustigué los estantes de las bibliotecas públicas en busca de aquél libro.

Desesperado, interrogué las vitrinas de las librerías, aún cuando presentía que dicho volumen no estaría en ellas, por no tratarse de un best sellers. Recorrí con ardor los puestos de los vendedores de libros de segunda, pero al parecer los dioses no me eran propicios en esta búsqueda insensata.

Esa noche, soñé con el libro.

Al despertar, interrogué mis paginas ajadas y encontré un fragmento del libro en uno de mis poemas mal logrados; sorprendido, me mire al espejo y hallé un párrafo completo reflejado en el...

Quiera Dios que algún día me esté dado leer el libro entero...

Bufón.

El ùltimo hombre

Cuenta la leyenda que el ùltimo hombre bajò de su aparato mecànico, ahora inservible por falta de combustible, y  arrastrò su vida apagada hasta el mar, fuente de toda vida y respuesta y desde allì, postrado, clamò para que su Dios compareciera...

Dicen los charlatanes, alrededor de la hoguera, cuando la tribu se reùne despuès de comer a contar historias y a acicalarse, que el hombre no obtuvo respuesta, debido a que su dios se habìa desentendido de èl o lo habìa olvidado, quizàs porque el dios estaba senil o enfermo o tal vez porque estaba muerto.

Sin embargo,los sabios señalan que el hombre no consiguiò respuesta, simplemente porque Dios era èl y èl estaba con Dios, y que al morir el hombre Dios desapareciò con èl...

Bufòn.

30-IX-05

La nave.

La vieja y oxidada nave espacial llegò dando tumbos a travès del tiempo vacìo del espacio interestelar, hasta arribar a aquèl lejano planeta, donde sus habitantes la acogieron.

Durante mucho tiempo estuvieron indecisos sobre si abrirla o no, aùn cuando a simple vista comprendieron que se trataba de un medio de transporte, hueco en su interior, diseñado para que un ser viviente pudiera sobrevivir dentro de èl.

Cuando por fin de decidieron, comprobaron, no sin aprehensiòn, que se hallaban ante un fèretro flotante: su ùnico tripulante hacìa tiempo que habìa muerto a considerar por el estado del cuerpo.

Màs por nostalgia hacia aquèl explorador truncado que por curiosidad cientìfica -ya que su propia tecnologìa rebasaba con mucho la del desaparecido visitante-, se dedicaron a estudiar la nave. En la pared exterior, bajo la cabina de mando, hallaron escrito, con pintura ajena al resto del artefacto, unos caracteres que tardaron poco en descifrar, gracias a los muchos archivos entre tangibles y electrònicos hallados dentro del mismo aparato: La Española, decìa.

Despuès de muchas disquicisiones, concluyeron que se trataba del nombre de la nave , que presumiblemente habìa sido escrito allì por su solitario tripulante.

Pero nunca pudieron saber què significaba. Y ese fue el ùnico secreto que no pudieron arrancarle a la muerte...

 

Antes de embarcarse en su viaje sin retorno, Floyd Bowman sintiò la imperiosa necesidad de concederle un rasgo humanizante al frìo metal de la càpsula espacial, que habrìa de transportarlo millones de kilòmetros al olvido. La primera idea que se le ocurriò fue colocarle un nombre. Asì que tomò un tarro de pintura y con una brocha trazò el nombre de La Española, justo debajo de la cabina de mando en la cara exterior del aparato.

Y sonriò ante la alusiòn.

Pues La Española era el nombre del barco en que navegaba Jim Hawkins hacia la Isla del Tesoro, en la novela del mismo nombre que èl, Floyd Bowman, habìa leìdo cuando sòlo tenìa once años de edad...

26-02-06

Bufòn.

El ùltimo hombre

El ùltimo hombre levantò los ojos al cielo e implorò respuestas con un gemido estridente, antes de caer de bruces sobre la tierra desolada.

Al otro lado del tiempo, a miles de unidades astronòmicas de olvido, la entidad llamada Dom captò el dèbil  mensaje gracias a los dispositivos receptores de las màquinas blandas implantadas en su piel.

De inmediato Dom se conectò a la Inteligencia Central y asì supo que el mensaje provenìa de un planetoide extinto.

Por un instante, estuvo tentado de enviar una respuesta, acusando recibo de la sùplica interpuesta...

Pero la Inteligencia Central le hizo saber que no serìa necesario ya que , gracias a un extraño sentimiento llamado esperanza, el ùltimo hombre, en el ùltimo instante, tuvo la certeza de estar siendo escuchado...

24-02-07

Bufòn.

Penèlope

Ulises subiò a la màquina del tiempo y la puso en marcha.

Hacia el pasado estaba Penelope tal como la viò el primer dìa. Hacia el futuro, Penèlope tal como habrìa de verla al regresar...Pero siempre Penelòpe tejiendo la trama del tiempo...

Bufòn.

07-05-06

Sueños

El soñador despertò en las arenas grises de un Circo. Se desprendiò del Visor de Imàgenes Auto-generados y esperò la llegada de un tècnico del Sistema de Soporte.

Su sueño de evasiòn habìa fracasado por problemas tècnicos. Contrariado, el Soñador rogò que su sueño pudiera ser recuperado.

Mientras esperaba la llegada del Tècnico, se dedicò a recorrer la existencia de la que habìa querido escapar. Descubriò con desilusiòn que era un payaso trashumante de vida irrelevante, asì que deseò con desesperaciòn la restauraciòn de su sueño.Se llenò de una gran sorpresa cuando viò aparecer no aun tècnico, sino a su Asesor, un ejecutivo de rango intermedio, antipàticamente pulcro y distante.

-Quiero recuperar mi sueño- exigiò el Soñador.

-Me temo que eso es imposible, mìster Dick- respondiò el Asesor con muestras de extremada cortesìa, absolutamente profesional.

El Soñador se exasperò:

-Escuche... soy un infeliz payaso de circo de barrio...Debo salir de aquì, necesito recuperar mi sueño...

-Ese es precisamente el problema, mìster Dick. Usted no esun simple payaso de circo. Esto es sòlo un sueño generadopor usted, a partir de  nuestra consola P.E. 2030, de hace cinco años.

-¿Què?- el Soñador estaba desconcertado.

-Efectivamente, mìster Dick, hace cinco años usted era usuario de nuestra consola de sueños autogenerados, con la que soñaba ser un payaso errante. Con la puesta en el mercado de una nueva consola mejorada, usted quiso adquirir un nuevo sueño y, como ya es costumbre en usted, nos pidiò hacerlo a partir de su sueño de payaso para evitar tener que desconectarse del Sistema de Apoyo y evitarse todo el papeleo que ello conlleva...

-¿Còmo ya es costumbre? ¡Quiere decir...?-balbuceò el Soñador.

-Asì es. Usted ha estado usando nuestras consolas por màs de treinta años, saltando de un sueño a otro, a medida que la tecnologìa avanza...

-¿Màs de treinta años?-gimiò anonadado-. Pero...¿la joven de la que me enamorè?, ¿las oportunidades que perdì?...

-Todo eso no son màs que meros transcursos de su sueño, mìster Dick. Le recuerdo que nuestra tecnologìa sòlo presta el servicio de soporte: todo lo demàs , el argumento del sueño, dìgamos, corre por cuenta del soñador...Puede llamarlo libre albedrìo, si le parece...

-Y si esto es un sueño...¿què hay detràs?...

El Asesor consultò su computador portatil.

-En su sueño anterior usted fue un oscuro revolucionario en una repùblica del sur...Debo reconocer que sus sueños son modestos, mìster Dick, lo cual nos facilita mucho el trabajo...

-¿Y detràs de eso?

-Con nuestra consola P.E. 2027 usted formaba parte de un grupo de ladrones de banco...y antes de eso- se adelantò el Asesor- con nuestras consolas anteriores usted fue, sucesivamente, Guerrero, Amante, Trovador... Al parecer , està usted dispuesto a afrontar todos los arquetipos programables...

El Soñador a punto de derrumbarse, gimoteò:

-¿Y detràs de todo eso? ¿Què hay detràs de todos mis sueños?

La prestancia profesional del Asesor se descompuso ante la desesperaciòn real de su cleintey, por un segundo, apreciò como lo que en realidad era, un hombre tan cansado como el que màs. Pero se recuperò en seguida y consultò su computador, tan pequeño que le cabìa en un bolsillo.

-Bueno...me veo obligado a recordarle que hace exactamente treinta y un  años, usted firmò un contrato con nuestra compañìa, mediante el cual, su identidad, su cuerpo y sus sueños pasaban a formar parte de nuestros activos. Desde entonces, la compañìa se ha encargado de suministrarle el soporte tècnico para que usted pudiera dedicars a soñar con entera libertad... Nosotros, a cambio, obtenìamos todos los datos necesarios para mejorar el producto y el servicio...Sin embargo, usted ha sido un soñador durante tanto tiempo que su cuerpo ya no resistirìa sino un sueño màs, y de hecho, ni siquiera estamos seguros de que otro sueño sea recomendable...

-Pero dìgame, ¿quièn soy entonces?- gritò el Soñador al borde de las làgrimas, cayendo de rodillas sobre la arena de la pista circular, bajo la mirada apagada de las gradas vacìas.

-Yo..yo relalmente no lo sè, mìster Dick. Esos datos no estàn a mi alcance. Si es tan importante para usted, podrìa pasar una peticiòn por escrito que serà cuidadosamente estudiada y respondida dentro de los tèrminos...

El Soñador se levantò, clavò sus ojos inyectados en sangre en el Asesor y se sintiò henchir de odio. Con fiera presteza saltò sobre el ejecutivo inerme y extinguiò su aliento con las manos. Pero una fuerte luz roja y un timbre de alarma resonaron en su cabeza, haciendolo rodar por el suelo junto a su vìctima...

Un tècnico vestido de blanco irrumpiò en una impoluta habitaciòn de hospital y manipulò los aparatos de soporte, colocados junto a la cama en que yacìa mìster Dick, manipulandolos hasta normalizar los signos vitales.

Un pàlido Asesor entrò en la habitaciòn cuando todo hubo terminado:

-Esta vez haido uste demasiado lejos, mìster Dick. Estuvimos a punto de perderlo...-reprochò.

-No se preosupe, Aldiss- sonriò tristemente mìster Dick-, el antifaz del asesino era la ùnica y ùltima màscara que me quedaba por probar...

-Espero que lo haya disfrutado- dijo, con una frìa e indiferente cortesìa.

-Al cien por ciento-exclamò mìster Dick.

Aldiss tragò saliva y saliò del cuarto. Mìster Dick le hizo un guño al tècnico, quièn soltò una sonora carcajada.

-Y ahora , Gibson,-continuò mìster Dick-, desconecte todo mi soporte vital, por favor...

10-XI-05

Bufòn.

La respuesta

El Buscador se sentìa naufragar.

Presentìa que una vez habìa tenido la Respuesta, pero como entre sus facultades no estaba la de recordar o retener, ni la de asociar, omitir u olvidar hasta crear una memoria, desconocìa la situaciòn de la Ventana donde podìa acceder  a ella...

Asì que iniciò una nueva Bùsqueda, casi al azar.

Pensò que si no encontraba la Ventana donde se hallaba su respuesta, encontrarìa otra que lo remitiera a aquella, de manera que , en algùn momento, podrìa recrear una aproximaciòn  a la respuesta original...

A veces , sobre todo por las noches cuando estaba exhausto, anhelaba retroceder en el tiempo, porque tenìa la sensaciòn de que sòlo en su pasado o en sus sueños, volverìa a obtener la Respuesta...

29-X-05

Bufòn.

El buscador

El Buscador sabìa que estaba atrapado en el laberinto, pero no le importò. Estaba demasiado ocupado para preocuparse por ello.

Si antaño las personas le solicitaban sabidurìa, èl se limitaba a otorgarles un dogma, una profesiòn de fe, una ideologìa que ellos abrazaban hasta abrasarse...

Pero ya el Buscador no tenìa tiempo para jugar con las fatuas pretensiones de los Usuarios, quienes ahora exigìan informaciòn y entretenimiento, y èl debìa fagocitarlo todo y regurgitarlo, en tiempo real, sin ningùn asomo de trascendencia...

Bufòn.

El bibliotecario

Con el paso del tiempo, el Bibliotecario ya no fue necesario. El Buscador lo hacìa todo, tenìa todas las respuestas, o por lo menos, los Enlaces adecuados que podìan conllevar a esa respuesta.

Lejos de amilanarse ante esta situaciòn, el Bibliotecario se armò de paciencia y mala fe y empezò a tejer un laberinto, a construir una red donde atrapar al Buscador...

Bufòn.

 

Naturaleza robòtica

La doctora Susan Calvin yacìa en el piso de su inmaculado laboratorio, entre un amasijo de vìsceras y sangre.

La asèptica luz blanca de una làmpara permitìa ver que no sòlo habìa sido estrangulada y destripada, sino tambièn brutalmente abusada.

 Calvin habìa dedicado su vida entera al perfeccionamiento de organismos cibernèticos capaces de emular la naturaleza humana, aùn en su lao màs profundo, oscuro y miserable.

En un rincòn del laboratorio, la policìa encontrò al ùltimo robot sobre el que trabajaba la doctora Calvin, sumido en posiciòn fetal en un charco de sus propias deyecciones, totalmente ensimismado, chupando con frenesì el dedo pulgar de una de sus manos manchadas de sangre...

30-04-07

Bufòn.

 

Un crimen

La polìcia considerò aquèl acto como criminal, dada la alevosìa y el furor manifestados en el ataque, que resultò mortal.

La parte acusadora hablò de premeditaciòn.

El abogado defensor obtuvo la opiniòn profesional de varios especialistas, quienes hablaron de un profundo malestar narcisista.

Sin embargo, el hecho irrefutable era que el acusado habìa atacado a uno de sus clones -conocidos en el mercado como "copias"-, destrozàndole la cara con las uñas...

26-28--02-07

Cuentos fantàsticos

La magia de los espejos era poderosa en ese paìs. Al abocarse a los espejos y a través de ellos, las personas podían establecer contacto con los muertos y los ausentes; pero sobre todo, mirando su propio reflejo en las aguas congeladas, podían comunicarse consigo mismos...

Bufón.

05-05-07

***

Al final, la ciudad se convirtió en el hábitat marchito de una marea en constante movimiento de desposeídos fantasmas grises, algunos como jirones de telas sucias aleteados por la brisa, otros como hojas de papel o restos de empaques de pasabocas arrastrados calle abajo; o como pequeñas nubes negras del humo del escape de un motor a gasolina, barridos por el viento...

04-05-07

Bufón.

***

A. recorrió las calles deshojadas, la ciudad de repente silenciosa, congelada, sòlo para constatar, con un indicio de pánico ardiendo entre su pecho, que era el único habitante de una ciudad abandonada...

04-05-07

***

Revelaciòn. 

                            "...Crushed like a

                            bug in the ground..."

                            Radiohead.

La noche antes de morir, escondido bajo el sillón, sobre el suelo polvoriento, con la manzana podrida clavada en el costado y las patas inservibles llenas de motas de suciedad, Gregor Samsa comprendió el sentido de su vida, el de cualquier vida.

Pero la imposibilidad de articular lenguaje humano le impidió comunicar a alguien sus certezas; incluso, aunque hubiera podido hablar, ¿con quien podría haberlo hecho?, ¿con el padre todopoderoso nuevamente dueño de s.f. mismo; con la madre postrada a causa de la vergüenza; con la hermana indiferente; con la criada impertinente que gozaba haciéndolo sufrir?...

Gregor permaneció en su sórdido rincón, con el acerbo sabor de la recién adquirida experiencia latiéndole en la boca hasta que, al filo de la madrugada, casi sin darse cuenta, murió...

Bufón.

***

Refugio

Durante muchos años de fatigar las bibliotecas del mundo, Abdul Assir habìa conocido todo tipo de libros: volúmenes que eran ventanas a otras vidas, hermosos papiros que al ser revelados en sus paginas reflejaban el rostro -y tal vez el alma- del lector que se abismaba en ellos; habìa oído hablar de tablillas de barro y estelas de piedra que podían conducir al lector a la presencia directa de la divinidad, e inscripciones en templos antiguos que era mejor no leer para no correr el riesgo de precipitar el fin de la creación.

Incluso, alguna vez razonó que el universo entero podría ser un libro -infinito e ubicuo, rasgos no adjudicables a un libro humano-, en el que sòlo Dios podía leer...

Pero nunca habìa visto un libro que fuera un refugio. Y mucho menos que se tratara de un tomo tan prosaico -un best-sellers de segunda mano-, donde el joven lector se abstraía de tal manera, que durante horas el mundo y su sórdida realidad desaparecieran y el dolor ya no pudiera alcanzarlo...

Bufón.

***

Los Restituyentes

Cuando la antigua raza de los Restituyentes arribó a la Tierra, la visión de un mundo ferozmente destruido auguró pocas esperanzas de que valiera la pena restituir a la especie causante de tal devastación.

De todas maneras, más por meticulosidad en el trabajo que por convicción, se pusieron manos a la obra en su incansable labor de reconstruir vidas apagadas.

Era poco lo que quedaba, y estos fragmentos aislados resultaban casi imposibles de situar dentro de una imagen general, que permitiera la comprensión de la extirpe desaparecida.

No obstante consiguieron arrebatarle a la muerte y al olvido parte del botín cosechado. Los primeros seres abocados a la recreación a partir del último instante antes de la destrucción, despertaban presas de la angustia, los ojos desorbitados, la boca podrida en alaridos. No tardaban en morir, víctimas de su propia desesperación.

Los Restituyentes se encontraron perplejos. Al parecer estos seres no tenían ninguna motivación para aferrarse. Pensaron que quizás en criaturas de fisiología ten endeble, la aniquilación total debió resultar traumática, así que en los siguientes intentos los seres fueron recreados a partir de momentos más alejados del apocalipsis final. Pero los resultados fueron iguales. Los seres se eclipsaban hasta borrarse. Desconsolados, los Restituyentes estaban a punto de abandonar, cuando uno de Ellos descubrió material escrito. Se trataba de unos pocos folios apenas conservados. No fué difícil comprenderlos ya que las formas comunicativas del planeta habían estado vagando por el espacio durante mucho tiempo.

Las páginas ajadas hablaban de un sentimiento llamado amor, que instalaba al sujeto en la esperanza de la trascendencia, del rompimiento de los límites individuales para unirse en uno con el objeto de su amor, trasgrediendo dimensiones de espacio y tiempo.

Dada que la suya era una sociedad más que todo científico y tecnológico, un entendimiento como este era para Ellos no sólo extraño sino además tentador.

De vuelta al trabajo, restituyeron a todos los seres encontrados alrededor del  punto en que fueron hallados los documentos y, una vez despiertos, interrogados al respecto. Nadie parecía saber nada y se marchitaban sin ganas de luchar.

No obstante, al fin encontraron a un hombre que pareció interesado. Los Restituyentes le mostraron las hojas de papel para que revelara su significado.

Él las miró extraviado...

-Lo que tienen aquí-explicó- no son una muestra de escrituras sagradas ni legislaciones ni novelizaciones que regían nuestras vidas... Esto ahora lo recuerdo, son cartas devueltas que envié a una joven a la que juré amar toda la vida, pero a la que abandoné causándole un gran dolor...

El ser no dijo nada más y languideció hasta extinguirse.

Los Restituyentes regresaron a sus naves, decepcionados de que, una vez más, habían sido burlados en sus intenciones...

Bufón

29-10-05/17-04-07

***

Nòmadas 

Ellos siempre habían sido nómadas y eso no había cambiado con el tiempo, pero ahora procuraban controlar los ímpetus de sus desplazamientos desde que comprendieron que, algunas veces, sus abruptas irrupciones podían generar cambios inverosímiles en el planeta- o incluso en el sistema completo- de destino, con consecuencias imprevisibles, nefastas unas, otras un tanto desconcertantes, como la ocurrida en aquel planetoide azul, en el cual la fuerza de su arribo trastorno tanto el entorno que provocó la desaparición total de la especie dominante, seres instintivos pero de gran adaptabilidad, permitiendo la ascensión de una raza más débil, menos resistente, pero poseedora de un vislumbre de conciencia que les permitió sobrevivir.

Para algunos de Ellos este hecho era una perentoria advertencia.

Para otros, no era más que una de esas ironías de la naturaleza...

Bufón

26-11-06

***

El libro

Fustigué los estantes de las bibliotecas públicas en busca de aquél libro.

Desesperado, interrogué las vitrinas de las librerías, aún cuando presentía que dicho volumen no estaría en ellas, por no tratarse de un best sellers. Recorrí con ardor los puestos de los vendedores de libros de segunda, pero al parecer los dioses no me eran propicios en esta búsqueda insensata.

Esa noche, soñé con el libro.

Al despertar, interrogué mis paginas ajadas y encontré un fragmento del libro en uno de mis poemas mal logrados; sorprendido, me mire al espejo y hallé un párrafo completo reflejado en el...

Quiera Dios que algún día me esté dado leer el libro entero...

Bufón.

 

***

 

 

Sàbanas

Cambiar las sàbanas de mi cama
como cambiar d epiel
como intentar hacer màs confortable
mi potro de tormento
màs habitable
el ataùd en que me pudro...

Muertos

Guardo a todos mis muertos conmigo
sus cenizas
me enturbian el cafè
sus caras tristes
me miran
como desde atràs
de un cristal llovido...

Oscura lejanía

alimentando el horizonte

 

huyendo

como centauros extasiados

 

violáceos

a fuerza de la noche

 

por una planicie

develada por el fuego

 

bajo un cielo cegado

replegado por el humo...

28-05-08

Ella y èl

Esa noche, èl llegò de trabajar, hastiado de la rutina, enfermo de cansancio.

Ella tratò de recibirlo con ànimo dispuesto, pero el desgano de èl acabò por ponerla de mal humor.

Despuès de cenar, èl se sentò en la cama a ver televisiòn y acabò por quedarse dormido.

Ella le acomodò con cuidado la cabeza, que habìa quedado en mala posiciòn. Èl sintiò el roce de los dedos suaves en la nuca y pensò que por ella, bien valìan la pena el cansancio y el estrès y que , sin importar nada màs, debìa continuar adelante.

Ella contuvo el llanto, en el que se mezclaban el dolor por la perdida y el rencor por lo que consideraba inevitable.

Èl despertò al filo de la medianoche en una cama frìa. Y aunque la llamò, al principio con fastidio y luego con desesperaciòn, no obtuvo respuesta en la casa vacìa...

Espejo

Detràs del espejo, todo està al revès.

De este lado de la realidad, todo se encuentra de cabeza.

Sueño

El sueño no es la fuga

es el regreso

el signo bàsico

la raìz primera

de donde parte la herida

como camino a seguir...

Espejo

Mi rostro congelado en el espejo

me confirma

las rotaciones efectuadas por el tiempo

 

mis ojos refractados en los charcos

corroboran

la incesante devastaciòn de la derrota...

Expiaciòn

Sobrio

busco redenciòn en la esperanza

 

ebrio

encuentro el sabor amargo de la expiaciòn por el dolor...

Borracho

Borracho

puedes seguir mi rastro

por cada charco de orina n las esquinas,

cada blasfemis colgada de los muebles,

cada fragmento de mì arrojado al fondo del cuarto,

cada pedazo de Dios vomitado sobre el piso...

Moraleja

No existe moraleja

para esta historia

porque no hay redenciòn posible

para una vida destruida...

Desesperaciòn

La deseperaciòn acrecienta los muros,

arranca los caminos de raìz.

 

 La desesperaciòn me hurta cualquier posibilidad de compañìa

 amarga todo deseo de comuniòn...

Lenguaje

Me gustaría comprender

el lenguaje mudo de las plantas y los templos

 

el idioma inconcluso

del sueño y la locura

 

la mimica enardecida

de tu cuerpo arrebatado...

Agua

Tu cuerpo me cubre con la audacia

del agua derramada

y devengo

en naufrago de tu cabello en marejada...

Muertos

Le temo a los muertos en la pantalla

Sus ojos fríos y gestos coreografiados

 

Extraño a los muertos que habitan mi corazón

Echo de menos sus miradas solitarias

Sus desamparados gestos de adiós.

Tendencia

Tengo una oscura tendencia hacia el pop infame

y el rock disfuncional,

a la poesía intrascendente

y a desperdiciar mi vida...

Por supuesto que he de morir.

Por supuesto que he de morir:

el alcohol, el rocanrol, el cigarrillo,

Dios, la soledad, la incertidumbre,

mi pasado obsoleto, mi futuro incierto,

la masturbación, el calor, la tinta derramada,

mis sábanas ajadas, mi incapacidad de controlar la ira,

la vida, la muerte, los libros que todavía a veces leo,

el mar, la arena, el fuego, las cenizas,

mis propios pasos extraviados,

todo me conduce hacia la tumba...

 

Y sin embargo,

a veces tengo un fuerte deseo de devenir en inmortal...