El hombre aproximativo
atornillado como una flor en el ojal de la mañana
los que pierden la comida o la voluptuosidad
los realizadores de elèctricas vibraciones los sobresaltos
las aventuras el fuego la certidumbre o la esclavitud
las miradas que se han arrastrado a lo largo de discretas tormentas
han consumido los adoquines de las ciudades y expiado muchas bajezas en las limosnas
se siguen cerrados alredeor de las cintas de agua
y corren hacia los mares llevàndose en su paso las humanas basuras y sus milagros
el agua del rìo ha lavado tanto su cama
que tambièn la luz resbala en la onda lisa
y cae al fondo con el sordo golpe de las piedras
Tristan Tzara.
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