El hombre aproximativo
I
domingo profundo tapadera sobre el hervor de la sangre
semanario peso acurrucado en sus mùsculos
caìdo en el interior de sì mismo reencontrado
las campanas suenan sin razòn y nosotros tambièn
sonad campanas sin razòn y nosotros tambièn
nosotros nos alegramos al ruido de las cadenas
que haremos sonar en nosotros al ruido de las campanas
Fragmento.
Tristàn Tzara.
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