Amor vampiro
Era la suya, Conde Dràcula,
una soledad tan grande
que ni siquiera un espejo
la podìa reflejar.
Las muchachas huìan de usted,
burlonas y radiantes,
porque su magia ya era
un asunto del pasado.
Y en ese laberinto esquivo
en el rumbo y el destino
que seguìan sus largas noches,
lograba aliviar su miedo
y su fantasmal tristeza,
imaginando en el sueño
una pàlida criatura
que sugerìa el amor,
que rondaba por su casa
con ese aire espantado,ligero o furtivo,
de una sombra pasajera
temblorosa como el agua y las figuras que traza.
Una leve recompensa
que lo ayudò a soportar
el tedio y el ritmo incierto
del profundo mar del tiempo;
su infinita soledad y la discreta fortuna
que mereciera alguien digno
-lo que nosotros, mortales,
recordaremos por siempre,
evitando que el olvido,
querido y fatal Conde,
sea otra injusta condena;
persiguiendo, insomnes tal vez como usted,
esa ilusiòn, la eternidad,
simulada en el paisaje de un rostro que refleje elnuestro
y nos hunda en su mirada.
Para Vicente Quiriarte en los cien años del Conde.
Hugo Chaparro Valderrama.
Para un fantasma lejano.
Ministerio de Cultura.
2000
una soledad tan grande
que ni siquiera un espejo
la podìa reflejar.
Las muchachas huìan de usted,
burlonas y radiantes,
porque su magia ya era
un asunto del pasado.
Y en ese laberinto esquivo
en el rumbo y el destino
que seguìan sus largas noches,
lograba aliviar su miedo
y su fantasmal tristeza,
imaginando en el sueño
una pàlida criatura
que sugerìa el amor,
que rondaba por su casa
con ese aire espantado,ligero o furtivo,
de una sombra pasajera
temblorosa como el agua y las figuras que traza.
Una leve recompensa
que lo ayudò a soportar
el tedio y el ritmo incierto
del profundo mar del tiempo;
su infinita soledad y la discreta fortuna
que mereciera alguien digno
-lo que nosotros, mortales,
recordaremos por siempre,
evitando que el olvido,
querido y fatal Conde,
sea otra injusta condena;
persiguiendo, insomnes tal vez como usted,
esa ilusiòn, la eternidad,
simulada en el paisaje de un rostro que refleje elnuestro
y nos hunda en su mirada.
Para Vicente Quiriarte en los cien años del Conde.
Hugo Chaparro Valderrama.
Para un fantasma lejano.
Ministerio de Cultura.
2000
0 comentarios