Al margen: algunas lecturas hasta ahora
Estos son los libros que he leído desde mediados del año pasado hasta la fecha.
Debo decir que ya no leo demasiado.Trabajo y vida familiar me ocupan mucho tiempo, y después de casi diez horas diarias frente a un computador en el trabajo, no tengo muchas ganas de hacer lecturas profundas precisamente frente a una pantalla, así que me decidí por libros de lectura rápida y poco trascendentes, más bien entretenimiento fácil, aunque como siempre, me llevé una que otra sorpresa.
El sueño de Fevre- GRR Martin: Después de la desilusión que me causaron los últimos tomos de la saga de Canción de hielo y fuego, no me atrevía a acercarme al resto de la narrativa de Martin; pero como seguidor de los mitos vampíricos, no podía pasar por alto esta novela sobre los hemofágos. El que estuviera ambientada en el Mississippi, me sonaba sospechosamente a Anne Rice, pero nada más lejos de los edulcorados vampiros sufrientes de Rice, estos vampiros son tan turbios como las aguas que navegan, y tan decadentes como las marismas del río sobre el que se desplazan. No aporta mucho al mito del vampiro, pero es una novela que entretiene.
El hombre en el castillo. Philip K Dick. No acabé de conectar con este libro, si me acerqué a él fue porque ví el primer capítulo de la serie homonima y no me pareció muy entretenida; sin embargo, debo reconocer que Dick es muy bueno creando personajes, dotándolos de la vitalidad necesaria para que sus peripecias tengan una razón de ser, y su visión paranoica del espacio-tiempo conocido es siempre sobrecogedora.
La torre oscura-La torre oscura. Stephen King. Un mal final para una saga, a mi parecer, muy larga. A King no le alcanza el aliento para construir toda una mitología, el trasfondo fantástico del universo que se ha movido me resulta confuso, no sé si debido al tiempo transcurrido entre la lectura de los diferente tomos de la saga, y creo que los grandes antagonistas, el hombre oscuro y el Rey Carmesí tienen unas conclusiones casi que anecdóticas; mejor tratamiento obtiene la Torre, cuando al final descubrimos en qué consiste y su papel dentro de la historia.
Mesías de Dune, Hijos de Dune y Dios emperador de Dune. Frank Herbert. Me considero fanático de la saga de Dune. Si en el primer libro descubrí el inmenso universo en el que orbita Arrakis, en el segundo tomo asistimos a la consolidación del poder por parte de Paul Atreides y en Hijos de Dune vemos cómo el imperio queda por fin consolidado bajo la égida de los gemelos Atreides. Sin embargo, Dios emperador de Dune me pareció un libro largo y aburrido, con un personaje central que no atrae para nada, dado a largas peroratas que no conducen a ninguna parte y una trama extensa hasta el hastío.
Los Perros de Riga. Henning Mankell: Al Noir norteño llegué por Mankell y por Larsson, y pasada la sorpresa a causa de la violencia presente en esa sociedad, el aspecto humano de las tramas y la implicación emocional de los personajes fue lo que más me atrajo de ambos autores, incluso en la parte filmica, tanto en la trilogía cinematográfica de Millenium (la versión gringa nunca la he visto), como en la serie Wallander protagonizada por Kenneth Branagh.
Inferno Dan Brown. Más de lo mismo, la fórmula que le otorgó éxito a Brown ya está desgastada, el personaje central no parece evolucionar y el argumento desaprovecha los elementos más oscuros de la iconografía occidental , el Infierno de Dante y el choque de culturas entre Oriente y Occidente que representan los monumentos de Florencia y Constantinopla.
El elfo oscuro. La morada. R A Salvatore.Aunque considero que juega sobre terreno conocido, elfos, magia, confrontaciones, tópicos de la fantasía heroica, la creación del personaje principal hace que esta novela sea entretenida y se lea de manera fluida.
Brooklyn Follies de Paul Auster. Mi primer encuentro con Auster fue en Mr Vértigo, y la anécdota casi mística del chico que aprende a levitar gracias a su maestro me pareció tan brillante que el final más secular me decepcionó bastante, de manera que tardé muchos años en volver a Auster, hasta ahora, que el hastío me llevó a este Brooklyn Follies, del que he salido convaleciente pero renovado, en ese estado de gracia, como recién parido a un mundo que no está tan mal después de todo, en el que debería dejarnos toda buena novelística. El argumento esta vez no es tan inverosímil, pero los personajes son tan reales, tan perdedores y humanos, tan cotidianos y desgraciados, que toman vida y desarrollan un destino que no cuesta leer.
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