¿Perdì mi vida?
Mientras mis amigos, honestos a màs no poder,
derribaban dictaduras,
organizaban revoluciones,
y pasaban, el cuerpo destrozado,
a formar parte
de la banal historia latinoamericana,
yo leìa malos libros.
Mientras mis amigas, las màs bellas,
se evaporaban delante de quien,
indeciso, apenas sì alcanzaba
a decirles la mucha falta que hacen,
yo continuaba leyendo malos libros.
Ahora lo comprendo:
en aquellos malos libros
habìa amores màs locos, guerras màs justas,
todo aquello que algùn dìa
habrà de redimir tantas causas vacìas.
Juan Gustavo Cobo Borda
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