Poemas de Jota Mario
Nada más bello que lavarse los dientes en la ventana con la ciudad que comienza a echar humo
Con la ciudad que levanta persianas
Con la ciudad atravesada por ambulancias de leche
Y piernas de adolescente rumbo a su diversión estival
Con la ciudad donde tu retrato marca la hora de mi muerte cada 5 segundos
Con la ciudad que ha tomado mi forma como el agua
Toma la forma del recipiente donde vive
Escudriñar en el buzón la mano amiga que te habla
Desde un país donde ya es hora de acostarse
Escribir en el muro como propósito del día
Amortiguar el odio
Mírate el pene mientras duermes
Olvidar por segunda vez por tercera vez por cuarta vez
Hasta que se haya olvidado del todo
Meter la mano en el espejo para sacar de él todo lo necesario
Para reconstruírse
Para no padecer hambre sed desnudez o deseo
Y reírse de la locura
Sentado en el anverso de la luna
La santidad de nuestros nombres
No es santidad de calendario
Somos santos no porque practiquemos el bien
Sino porque tan-bién practicamos el mal
El problema de la existencia de Dios
Es problema de Dios
No nuestro, que existimos
He aquí estos pobres santos que escriben sus sandeces
En sanitarios y sanatorios del Estado
Si pecamos
No somos nosotros quienes pecamos
Sino la sociedad por obligarnos a pecar
Soy un santo moderno porque no me santiguo
Con la puntualidad de un franciscano
Hacemos el amor todos los santos
Días
Santos fuertes como Sansón
Santos como Domingo orando toda la semana
Pronto habrá santos enlatados
Nuestra oración es la blasfemia
Es el beso en los labios
Nuestra oración es el silencio
Los nadaístas somos los verdaderos santos
Y sanseacabó
Colegiala desnuda
Regresa la niña del colegio
Quién sabe qué pensamientos oculta su cabellera negra
Seguramente el profesor calificó mal su tarea
Seguramente que le tocó los senos
Seguramente le prometió un confite
Regresa a su casa la niña que querría ser desencuadernada
Que gustaría ser repasada por un lector ávido de conocimientos
Regresa con el ánimo de despojarse de sus vestiduras
De estrenar su desnudo para ponerse cómoda
Para poder pensar sin problemas en la regla del tres
Regresa la niña con ganas de chupar un bombón
Y chupando bombón piensa la niña que debe haber algo más dulce
Y la sangre circula como miel por su panal florido
y ella siente la voz del atavismo cosquilloso que le dice que para poder aprender
/ hay que despojarse voluntariamente de todo
Y deseosa de aprender ella se va quitando el vestido
Ese vestido de colegio que con tanto cariño le cosió su mamá
La blusa blanca de infinitos botones
La falda azul ajustada con un gancho de nodriza
Los zapatos del uniforme
Las medias tobilleras que escalan sus piernas derechitas
El brassier que contiene principios básicos de trigonometría
Los calzoncitos de amoníaco
Carpa bajo la cual acampa la prodigiosa respiración de la reina de Saba
Mosquitero de los deseos
Atarraya del poniente
Cabo Cañaveral del cohete carnal
La niña sabe que hay un cinco rayado en mitad de sus piernas
Un coño bien calificado
El honroso diploma
con el cual se gradúa
profesional en el amor
Colegiala del alma
míreme
¿qué piensa hacer cuando esté grande?
Tomado de La idea fija en www.laideafija.com.ar
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