Brokeback Mountain
De acuerdo al crìtico de cine español Quim Casas, una de las constantes en el cine de Ang Lee serìa "la idea de un còdigo social muy estricto,"que propende a la obediencia y a la contenciòn", segùn palabras del cineasta, y que es horadado por un concepto romàntico del amor" (1).
Esta caracterìstica "aparece tanto en su cuarto largometraje, Sentido y Sensibilidad (Sense and Sensibility,1995) (...), como en el sèptimo, Tigre y Dragòn (Wo Hu Zang Long/Crouching tiger, Hidden dragon,2000)..." (2).
Y por supuesto se hace presente en Brokeback Mountain.
Creo personalmente que la tan cacareada relaciòn amorosa entre dos hombres es, en este film, irrelevante, frenta a los mecanismos de represiòn tanto interiores como exteriores que les impiden llevar a cabo su uniòn.
Los personajes se ven obligados a hacer todo tipo de concesiones y negativas para no verse abocados a la destrucciòn, en un medio que les niega la posibilidad de ser individuos, y como tales, diferentes. Es como si el amor y la comuniòn entre dos seres ya no estuviera dominada por conceptos platònicos como los mitos andròginales, o romànticos con el sentimiento como exaltaciòn del yo y la naturaleza, sino por esa faceta de lo politìcamente correcto, donde cualquier otro punto de vista puede -y debe- ser considerado peligroso y hasta "terrorista".
Y no obstante, se abre un resquicio de libertad personal, en la agreste montaña Brokeback, para romper el aislamiento que , al inicio de la pelìcula, parece ejercer sobre los personajes, con esos inmensos planos en los que apenas se ven, contrapuestos con las tomas màs cerradas cuando los dos protagonistas se estrechan entre sì en apasionados abrazos, y que rematan con la imagen de una postal y una ventana con la montaña al fondo, planos reducidos al tamaño del recuerdo y de la identidad reencontrada...
1. El fin de la inocencia. Ang Lee. Quim Casas. Revista Dirigido por... Nùmero 325, Julio-agosto de 2003, pàgina 38.
2. Ìb.
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