Sìsifo
No hay màs que un problema filòsofico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no la pena vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofìa. Lo demàs, si el mundo tiene tres dimensiones, si el espìritu tiene nueve o doce categorìas, vienen a continuaciòn. Se trata de juegos; primeramente hay que responder.
Lo que se llama una razòn para vivir es, al mismo tiempo, una excelente razòn para morir.
Matarse, en cierto sentido, y como en el melodrama, es confesar. Es confesar que se ha sido superado por la vida o que no se la comprende. Sin embargo no vayamos demasiado lejos en esas analogìas y volvamos a las palabras corrientes. Es solamente confesar que eso "no merece la pena". Vivir, naturalmente, nunca es fàcil. Uno sigue haciendo los gestos que ordena la existencia, por muchas razones, la primera de las cuales es la costumbre. Morir voluntarimente supone que se ha reconocido, aunque sea instintivamente, el caràcter irrisorio de esa costumbre, la ausencia de toda razòn profunda para vivir, el caràcter insensato de esa agitaciòn cotidiana y la inutilidad del sufrimiento.
Albert Camus
El mito de Sìsifo.
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