El proceso de paz en Colombia
Con las buenas nuevas de la posibilidad de inicios de dialogo entre las guerrillas de las FARC y el ELN con el gobierno de Santos, se presenta una nueva esperanza para el fin del conflicto armado en Colombia.
Sin embargo, surge la duda y el reclamo ante la perspectiva de que estas negociaciones se lleven a cabo a puertas cerradas, sin la participaciòn de otros actores aparte del gobierno, ademàs del anuncio que parece sospechosamente oportunista en momentos en que empieza a moverse la maquinaria electoral, sobre todo cuando la gestiòn del presidente Santos ha tenido tantos tropiezos.
Es innegable que Colombia debe encontrar salidas negociadas a un conflicto de demasiados años, pero otorgar beneficios jurídicos a los cabecillas de las FARC no me parece justo con las víctimas.
Además, el fin del conflicto armado no garantiza el fin de la violencia que se vive en este país, esa violencia que pareciera congénita en nosotros, y tampoco soluciona las profundas grietas en la justicia social, la participación real, la distribución equitativa, y otros tantos problemas que nos aquejan.
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