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Society de Brian Yuzna

Society de Brian Yuzna

Con un ritmo irregular y demasiado larga para lo que cuenta, Society de Brian Yuzna tiene, no obstante, la particularidad de  ofender nuestras convenciones morales màs arraigadas: el canibalismo y el incesto.
Por supuesto nada hay en el ser humano, desde un punto de vista biològico, que impida que nos devoremos unos a otros y, mucho menos, que podamos aproximarnos sexualmente a nuestros parientes màs cercanos.
En Society ademàs, lo anterior viene aderezado con una crìtica a la sociedad de los años ochenta, la llamada dècada perdida de los baby boomer, que tambièn fuera fuertemente retratada en American Psycho, años despuès.
Pero independientemente de esto, a mì personalmente lo que màs me tocò es el regocijo con que Brian Yuzna pone en escena los retorcidos y supurantes horrores biològicos creados por Screaming Mad George, en un festìn de  horror biológico, que retrata que no hay nada peor en nuestras màs profundas pesadillas que nuestro cuerpo se convierta en nuestro peor enemigo, en algo que se destruye o màs intolerable aùn, que nos destruye a nosotros mismos, desde dentro, desde lo visceral, sin que podamos hacer nada al respecto: no todos tenemos la voluntad de coleccionar nuestos pedazos eviscerados como hacìa Brundle en La Mosca de Cronemberg.
Y para mì ha sido esta repulsion genuina lo que salva a Society y la convierte en un film memorable, ya que las actuaciones son bastante huecas, empezando por la de Billy Warlock (el recordado Eddie de la serie Guardianes de la Bahìa) y la de Devin Devasquez que sòlo aporta morbo (conejita Playboy haciendo topless -¡Ahh, tetas y sangre en el cine de los ochenta, que mejor desvirgue visual y emocional!), con personajes que se pierden en la maraña como Mrs Carlyn, la mamà de Clarisa, quien al parecer forma parte de la Sociedad pero igual es marginada por su estado mental.
El final feliz resultò ser un poco desconcertante, con los muchachos escapando en el jeep del protagonista y dejàndo a la sociedad en su Beverly Hills dorado, como si fuera algo contra lo que no se pudiera luchar.
Definitivamente, lo màs inquietante, los efectos especiales: la boca/herida del psiquiatra -¿remembranza al Guasòn de Batman?-, la apariciòn de la cabeza de Jenny entre las piernas de su madre y la "cara de culo" del padre, en una nota de humor negro resaltable.

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