Roberto Juarroz
34.
Un lugar sólo se entrega
a quien se haya sentido solo en él.
Una ciudad, un bosque o la nada.
Tal vez ocurra lo mimso
con todas las cosas
y sea necesario haberse sentido solo en algo
para poder contenerlo.
La soledad previa a lo que se ama
es la única condición imprescindible,
la única premisa válida para el amor.
37.
Cualquier movimiento mata algo.
Mata el lugar que se abandona,
el gesto, la posición irrepetible,
algún anónimo organismo,
una señal, una mirada,
un amor que volvía,
una presencia o su contrario,
la vida siempre de algún otro,
la propia vida sin los otros.
Y estar aquí es moverse,
estar aquí es matar algo.
Hasta los muertos se mueven,
hasta los muertos matan.
Aquí el aire huele a crimen.
Pero el olor viene de más lejos.
Y hasta el olor se mueve.
Roberto Juarroz
0 comentarios