Dios y el coño
¿Con qué se puede comparar a Dios? En primer lugar con el coño de las mujeres, es evidente (...). En cualquier caso con algo donde el espíritu pueda llegar a ser posible porque el cuerpo está saturado de contento y de placer, y toda inquietud ha sido abolida. Ahora estoy seguro de que el espíritu no ha nacido, que quiere nacer, y que su nacimiento será difícil, porque la idea que nos hemos hecho de él hasta ahora es insuficiente y nociva.
Michel Houellebecq.
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