Còmic colombiano
Lastimosamente en Colombia la historieta no goza de la importancia ni el apoyo que se le da en otros países. Por eso la producción de comics es escasa y sin ninguna figuración a escala internacional. Eso sí, ha habido intentos de hacer historieta y vale la pena destacar "Mojicon" de Adolfo Samper Bernal, publicada en 1924 y esta no fue una historieta netamente colombiana, sino la adaptación de una tira americana a nuestro medio. También vale la pena mencionar a la revista Cromos, pues en 1945 publicó la historia de Colombia en forma de historieta.
Ernesto Franco uno de los mejores historietistas que tiene el país creo Copetín. Esta 2
historieta tenía como principal protagonista a un gamín bogotano de igual nombre al de la historieta y su temática principal era criticar la sociedad en general. Esta historieta tuvo gran aceptación entre el público lector bogotano, por la originalidad de su temática principal.
Más adelante salieron historietas como Ibana de M. Puerta y McCormick; El Teniente Colombiano de Valverde, publicado en El Pueblo hace ya unos años; Los Cuidapalos de Jaime López Osorno y Tukano de Jorge Peña, gozando este último de tener dibujos descuidados y guiones poco bien elaborados.
El comic colombiano tomó mas seriedad cuando un grupo de historietistas crearon la revista CLICK en los años ochenta. Esta presentaba estudios y análisis sobre el comic mundial, además incluía en sus páginas historietas colombianas con temáticas diferentes. El equipo de la revista CLICK estaba conformado por: León Octavio, quien a su vez fue el creador de la historieta llamada Los Emergentes, donde ridiculizaba de una manera muy cruda a los nuevos ricos, surgidos de las mafias de la política y la droga; también se encontraba en este selecto equipo Ricardo Potes, quien a su vez adaptó a la historieta cuentos y narraciones de autores colombianos. Lastimosamente esta didáctica publicación también quebró debido a la difícil situación de Colombia desde finales de los ochenta.
En los noventa salieron publicaciones como ACME y ZAPEPELELE, dos revistas que 3 apoyaban a los nuevos historietistas colombianos. Lastimosamente la primera no se siguió publicando, mientras que la segunda tomó mucha fuerza en su ciudad natal, Medellín. Ahora conseguir historietas es más fácil que antes, pues las principales librerías han hecho el esfuerzo de traer a la venta muchas publicaciones famosas. La otra cara de la moneda la viven los historietistas colombianos, pues se les menosprecia su trabajo, además se ve el desinterés por parte de las revistas y periódicos que no lo ven como un medio de difundir información.
Tomado de www.usergioarboleda.edu.co/biblioteca/documentos/com_004.htm
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