Un perro andaluz
Una nube corta el ojo abierto de la luna, como si el mirar -el zapping del hastío- desmitificara las imágenes, convirtiendome en espectador televisivo, fantasma de trozos arrugados que recibe y recibe sin dar nada a cambio, con sondas de plástico flexible enchufadas a cada orificio de su cuerpo imperfecto, cuerpo que debe ser moldeado, confeccionado o destruido por no amoldarse a los canones catódicos.
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Arlekina -