La muerte
Tenìa cinco años y caminaba por la calle. Era invierno. Caìa nieve, hacìa frìo y la tierra estaba helada. En la alcantarilla, habìa un gato muerto, aprisionado por el hielo. Era la primera vez que tomaba conciencia de la muerte. Estab muerto. Un gato muerto es mi primera imagen, muy fuerte. Aùn la veo. Ademàs, en mi infancia, hay otra imagen de la muerte, muy diferente. Es la muerte d emi abuelo. Recuerdo la subida de las escaleras, el descenso del ataùd, su partida en un hermoso carruaje como jamàs habìa visto. Fue un regocijo aquella muerte, y la vivì con placer. Y luego la costumbre alemana hizo que se sirviera un cafè despuès del entierro. Se comiò, se bebiò, contaban cosas acerca del muerto. Tambièn se lanzaban algunas bromas. Era maravilloso: un remedio, una terapia, un momento sin tristeza. esto existe entre los irlandesaes, jamàs entre los protestantes norteamericanos.
Henry Miller
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