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Angelita, again

Angelita, again En una de esas fiestas, en la de Raquel Pineda, fue que conocì a Raimundo, un muchacho que vivìa cerca de mi casa y yo nunca me habìa llegado a dar cuenta, que le dije que no le cogìa el paso cuando me sacò a bailar un bolero, y èl que pena, se puso rojìsimo y me pidiò disculpas y allì mismito se fue de la fiesta. Yo lo vì salir sin despedirse de nadie, todo rojo todavìa, yo le dije que no le cogìa el paso seguro por hacerlo poner asì de rojo, pero pobrecito. Entonces le dije a Lulita que me acompañara afuera, ¿ a dònde? A la esquina a alcanzar a un muchacho que saliò corriendo. Siquiera que cuando a Lulita le hablan de muchachos se arrebata toda, pues saliò conmigo, fue de una. Corrimos hasta la esquina y alcanzamos a ver a Raimundo que caminaba por toda la mitad de la calle. Yo le dije a Lulita que me esperara pero ella dijo que no, que iba, y yo què, ¿me iba a poner a discutir? Fuimos las dos. Cuando èl nos viò abriò los ojos y se puso otra vez rojo. Yo le dije a Raimundo, discùlpeme Raimundo, usted no baila mal, camine , venga. Y èl no decìa nada , hasta que tràquete, yo no sè còmo hizo pero se me lanzò y me diò un beso en la boca delante de Lulita, y ella se riò, ¿en què estarìa pensando? Yo me la conozco. Me separè de Raimundo y lo mirè a los ojos pero no le dije nada. Èl me cogiò la mano y me le diò un apretoncito. Yo por mi parte sentì una cosa rica, que la boquita tan linda de èl se le frunciò cuando me apretò la mano. Yo hubiera sido para siempre feliz a donde tenga oportunidad de verlo màs, (¿pero Miguel Angel?). Si no lo hubieran matado en esa misma esquina unos del Sur por robarle un reloj de oro que tenìa. Lo ùltimo que hizo en este mundo fue apretarme la mano. Seguro estaba pensando en mì cuando lo mataron.

Angelitos Empantanados.
Andrès Caicedo.

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