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TPP: Negociando a espaldas

“Negociando a espaldas”
Congreso de EE.UU., a punto de aprobar polémico 
tratado

La Alianza Transpacífico es un acuerdo que aglutinará 
el 40% de la economía mundial y afectará temas como 
libertad de expresión, genéricos e internet, entre 
otros.
Por: Álvaro Corzo V.EL MUNDO 23 JUN 2015 - 9:35 PM




“El TPP es sin duda el tratado de libre comercio más 
sucio y nocivo que se haya firmado en la historia. Si 
se aprueba no habrá forma de regresar”, dice Ben 
Beachy, analista de Public Citizen, organización 
protectora del consumidor, con sede en Washington, al 
hablar del acuerdo comercial que reescribirá los 
estándares del comercio mundial en temas tan cruciales 
como propiedad intelectual, manejo y control de 
patentes, acceso a internet, medicinas genéricas, 
regulaciones ambientales y normas laborales, entre 
otros.
“Este es un acuerdo que fortalece a bancos, 
farmacéuticas, empresas de software, la industria del 
tabaco, empresas de biotecnología y petroleras. Todo a 
costa del medio ambiente, la libertad de expresión y 
la soberanía de los países”, añade Beachy.
La Alianza Transpacífico, o TPP por sus siglas en 
inglés, es un acuerdo que aglutinará el 40% de la 
economía mundial en una vasta zona de libre comercio 
que comprenderá 790 millones de consumidores en 
Estados Unidos, Japón, México, Canadá, Australia, 
Malasia, Chile, Singapur, Perú, Vietnam, Nueva Zelanda 
y Brunéi, inicialmente.
Lo más problemático es que este acuerdo ha sido 
negociado desde 2008 en absoluto secreto. Tanto que ni 
los congresistas pueden obtener una copia del mismo. 
Para conocer el articulado sólo pueden hacerlo en un 
cuarto privado en el capitolio y no pueden tomar notas 
ni llevar a ninguno de sus asesores para que lo 
revisen.
¿Quiénes están detrás de las negociaciones? Cerca de 
566 miembros de las industrias en cuestión, es decir, 
representantes de las farmacéuticas, industrias de la 
grabación, telecomunicaciones, entretenimiento y 
software, entre otras. Son 29 comités negociadores, 
con representantes de gigantes como AT&T, General 
Electric, Apple, Dow Chemical, Nike, Wal-Mart, Boeing, 
General Motors, Cisco, Yahoo, Intel y Fed Ex, entre 
otros. La Alianza Transpacífico es un tratado que ha 
sido redactado por y para las corporaciones 
transnacionales. El exrepresentante de comercio de 
Estados Unidos Ron Kirk, quien fue parte del equipo 
negociador en su etapa inicial, dijo que, de ser 
conocida la extensión total del tratado por parte de 
la opinión publica, sería imposible que fuera aprobado 
por el Congreso.
Aunque sigue siendo delito federal revelar cualquier 
parte del contenido del TPP a los medios de 
comunicación, cuatro capítulos del borrador final 
sobre propiedad intelectual, medicamentos genéricos, 
medio ambiente y patentes se filtraron a través de 
Wikileaks, prendiendo las alarmas sobre las 
intenciones del tratado. “El TPP les permitirá a 
compañías como Disney criminalizar y perseguir a 
usuarios y servidores de internet por descargar o 
compartir sus películas en la red. Elevará el costo de 
la salud al cerrarles el paso a los medicamentos 
genéricos”, explica Jim Shultz, director del Centro 
para la Democracia, en San Francisco.
En materia de propiedad intelectual, el TPP no sólo 
pretende aumentar el alcance y la duración de patentes 
para medicamentos y tecnología, sino que también 
pretende crear derechos de propiedad intelectual sobre 
la información que circula en internet. De aprobarse, 
las empresas prestadoras de internet tendrían la 
responsabilidad de vigilar la actividad de sus 
usuarios en línea. Por si fuera poco, el tratado, que 
los más críticos llaman “Nafta con esteroides”, les 
permitirá a la corporaciones demandar a los países 
miembros en tribunales de arbitramento por 
legislaciones locales de medio ambiente o de cualquier 
tipo que afecte sus ganancias.
Las “disputas entre el inversionista y los estados 
miembros” serán resueltas por tribunales compuestos 
por tres abogados de comercio internacional, los 
cuales pueden obligar a los países a pagar 
indemnizaciones multimillonarias a las compañías. En 
otras palabras, un simple y llano golpe de Estado 
corporativo a la soberanía de los países.
A su vez, el TPP hará más fácil que las corporaciones 
muevan su mano de obra a países miembros del tratado, 
como Vietnam y Malasia, donde se pagan escasos US$0,60 
por hora. Según el material filtrado por Wikileaks, se 
otorgarán privilegios y protecciones a las 
corporaciones que trasladen sus inversiones a países 
miembros de la nueva zona económica del Asia Pacífico. 
Según Richard Trumka, presidente de AFL-CIO, la mayor 
central obrera de Estados Unidos, esto hace del 
tratado el paraíso prometido para conseguir mano de 
obra barata, lo cual terminará con la pérdida de miles 
de empleos en los demás países miembros.
El TPP también le otorga un escenario favorable a la 
banca, al prohibirles a sus miembros emitir cualquier 
tipo de regulación que limite o impida actividades 
especulativas, así como productos financieros de alto 
riesgo, justo como los que llevaron a la crisis 
económica de 2008. Igualmente prohíbe la creación de 
cualquier impuesto sobre transacciones de la industria 
bancaria. Eso obligaría a que las autoridades 
monetarias de Estados Unidos y los demás países 
miembros rescaten a los bancos como lo hicieron en la 
pasada crisis financiera mundial.
“Es increíble que el tratado más grande de la historia 
se siga negociando a espaldas del mundo entero”, dijo 
Julian Assange, el fundador de Wikileaks, al lanzar 
una campaña que ofrecerá una recompensa de US$100.000 
a quien revele los capítulos restantes del 
controversial tratado.
Entre tanto la administración Obama sigue a la espera 
de un voto positivo en el Senado que le otorgue la 
capacidad de presentar el proyecto a votación de forma 
cerrada en el Congreso, para evitar que se vote en 
bloque y no se debata punto por punto.
Colombia no hace parte del grupo inicial de países, 
pero ya ha expresado su interés de unirse al tratado 
una vez sea firmado.

http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/negociand
o-espaldas-articulo-568100

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