Blogia
estabolsanoesunjuguete

Contracultura

Contracultura

Tecnocracia
Por tecnocracia entiendo una forma social en la cual una sociedad industrial alcanza la cumbre de su integración organizativa. Es el ideal que los hombres suelen tener en mente cuando hablan de modernizar, poner al día, racionalizar o planificar. Para superar los desajustes y fisuras anacrónicos de la sociedad industrial, la tecnocracia opera a partir de imperativos incuestionables, tales como la necesidad de más eficacia, seguridad social, coordinación en gran escala de hombres y recursos, crecientes niveles de abundancia y manifestaciones del poder colectivo humano cada vez más formidables.
(...)
...Caracteriza a la tecnocracia el presentarse ideológicamente invisible. Sus concepciones sobre la realidad, sus valores, son tan sutilmente penetrantes como el aire que respiramos.
(...)
La tecnocracia se desarrolla sin resistencia incluso a pesar de sus crímenes y fracasos más escandalosos, en primer lugar porque la crítica que potencialmente pueda hacérsele se empecina en analizar esos fracasos con categorías anticuadas (...) pero izquierda, derecha y centro son lo mismo a este respecto; sin querellas se producen más tecnocrátas o entre facciones que suscriben los valores tecnocráticos de principio a fin.
(...)
El gran secreto de la tecnocracia reside, pues, en su capacidad para convencernos de tres premisas relacionadas entre sí, a saber:
1. Que las necesidades vitales del hombre (contrariamente a todo lo que han dicho todos los espíritus eminentes de la historia) son de naturaleza técnica.
2. Que este análisis formal (y altamente esotérico) de nuestras necesidades ha alcanzado ya un 99% de perfección. De forma que, a pesar de pequeños obstáculos e interrupciones debidos a los elementos irracionales de nuestro medio, han quedado satisfechos todos los requisitos previos de la plenitud humana. (...) Siempre que surja una fricción social en la tecnocracia, habrá de deberse a lo que se ha dado en llamar un "fallo en la comunicación" (...) Por tanto, sólo hay que sentarse y dialogar ¡y entonces todo se resolverá perfectamente!.
3. Que los expertos (...) resultan estar incluidos en las nóminas oficiales del estado y/o las sociedades privadas corporativas.
(...)
En su análisis de este "nuevo autoritarismo", Herbert Marcuse llama especialmente nuestra atención sobre el "absorbente poder" de la tecnocracia, su capacidad para "proveer satisfacción de manera que  es capaz de generar, a su vez, sumisión y que debilita la racionalidad de la protesta". Conforme se va madurando la tecnocracia parece  incluso capaz de integrar en el sistema cualquier forma de descontento
(...)
Como con la sexualidad, así en los demás aspectos de la vida. El negocio de inventary producir indignas parodias delibertad, goce y plenitud es bajo la tecnocracia una forma indispensable de control social.

Contracultura
Entendemos por tal una cultura tan radicalmente desafiliada, o desafecta a los principios y valores fundamentales de nuestra sociedad, que a muchos no les parece ni siquiera una cultura, sino que va adquiriendo la alarmante apariencia de una invasión bárbara.
(...)
...La contracultura es, como defiendo aquí, ese saludable instinto que rechaza, tanto a nivel personal como político, la violación sin entrañas de nuestra sensibilidad humana...
La contracultura no es  ni ucho menos un movimiento tan disciplinado
(...)
Lo que hace de esta desafiliación juvenil de nuestro tiempo un fenómeno cultural más que un simple movimiento político, es que trasciende el nivel de la ideología para llegar al nivel de la conciencia, buscándo  transformar el más íntimo sentido de nosotros mismos, los otros y todo lo que nos rodea.
(...)
La sociedad occidental ha incorporado, en los dos últimos siglos, un cierto número de minorías cuyo antagonismo hacia la visión científica del mundo parecía insuperable, y que además han rechazado durante mucho tiempo la fácil asimilación a que se habían plegado las congregaciones más importantes, deseosas de parecer progresistas. Teósofos y fundamentalistas, espiritistas ymaterialistas, ocultistas y satanistas... todos ellos muestran que la existencia de elementos antirracionales en nuestra sociedad no es un fenómeno nuevo. Pero lo nuevo --es-- que está surgiendo una radical negación de  los valores científicos y tecnológicos en el centro mismo de la sociedad actual, no en sus márgenes periféricos.
(...)
Lo dicho ahora pretende solamente sugerir la dificultad que tiene la contracultura  para determinar en forma clara sus ideas y proyectos. Se ha apartado tanto de nuestras tendencias culturales actuales que apenas puede decir una palabra en un mundo que entiende la sociedad como simple auxiliar adjunto cada día más subordinado a un gigantesco mecanismo tecnológico que exige constante e instantánea  coordinación del centro, cosas tales como "comunidad" y "democracia de participación" son totalmente impracticables. De esta manera vuelven a un estilo de relaciones humanas  característicos de la aldea y  la tribu, insistiéndo en que la única política de hoy es aquella que lleva a la confrontación profundamente personal con todas estas envejecidas formas sociales. ¿Y dónde encontrar el camino de acceso a la comprensión de ese ideal tan entrañable en un mundo dominado por enormes abstracciones políticas enmascaradas tras relucientes símbolos propagandísticos, eslóganes y mediciones estadísticas: nación, partido, corporación, área urbana, gran alianza, mercado común, sistema socioeconómico...? Falta en nuestra cultura la simple conciencia de  los hombres y las mujeres --tal como son--- en su vida cotidiana, que ha sido desplazada por esas gigantescas ficciones. Afirmar que la esencia de la sociabilidad humana es, sencillamente, la abierta comunicación de hombre a hombre y no la realización de prodigiosa hazañas técnicasy económicas,¿no es un puro absurdo?

Alienación
Para el intelectual radical, como para cualquier persona -afirma (Staughton) Lynd-, la verdad ha de tener un contexto biográfico y no sólo ideológico.
Este estilo "personalista" ha conducido a la Nueva Izquierda a ver en la alienación el problema político crucial de nuestros días. No la alienación, sin embargo, en el sentido estrictamente institucional, en la cual el capitalismo (o en este caso, cualquier economía individual avanzada) porpende a alienar al trabajador de los medios y d elos frutos de la producción, sino, más bien, alienación en tanto aniquilación que puede desarrollarse incluso en esos esfuerzos revolucionarios que aspiran, con la mejor intención y humanidad del mundo, a eliminar los síntomas externos de la alienación. Siempre que elementos no humanos -doctrinas revolucionarias o bienes materiales- adquieren una importancia mayor que la vida humana y el bienestar, tenemos alienación del hombre respecto de los demás hombres, abriéndose así el camino para una amni´pulación, supuestamanete bienintencionada en el mejor d elos casos, de los otros como meros objetos.

Pornografía
Muchas de estas publicaciones obran al parecer sobre el supuesto de que hablar claramente sobre algo es hablar tan cruda y  salvajemente como sea posible. El erotismo supuestamente libertario de este estilo traiciona su más absoluto fracaso, pues pierde de vista que la pornografía profesional no desafía, sino que ceba la suciedad esencial de la sexualidad de clase media, que tiene un escondido interés en mantener que la noción de sexo es algo sucio.

Felicidad
La felicidad, según escribe Freud claramente y sin rodeos, todavía no tiene valor cultural. La "felicidad" por la que nos afanamos la mayoría d enosotros no es más que un alivio pasajero o una diversión exuberante emparedada entre atrocidades: una "pausa que refresca"antes de la siguiente catástrofe.

Contracultura
Lo que nos ofrece, por consiguiente, la contracultura es una notable deserción de la larga tradición d euna intelectualidad escéptica que ha servido de vector principal para trescientos años de  trabajo científico y técnico en Occidente.

Theodore Roszak.

El nacimiento de una contracultura.


0 comentarios