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El señor de las moscas

Es el hombre un ser violento por naturaleza, que necesita un sistema de normas y regulaciones para contener sus instintos, o la violencia es un fenòmeno aislado que explota condicionado por las circunstancias? ¿Hasta què punto el ejercicio de nuestra propia libertad avasalla a los otros, violentàndolos? ¿ Acaso el mantenimiento de este sistema no conlleva violencias que , aunque tàcitas, no por eso son ineludibles?. Acabo de leer El señor de las moscas, la novela de William Goldwin, a la que hasta ahora sòlo habìa tenido acceso a travès de la pelìcula de 1963, dirigida por Peter Brooks, encontràndome con una historia de gran fluidez narrativa, en la que los personajes se definen màs por lo que hacen que por lo que dicen, de manera que esta novela carece de discursos y demagogias, y el paisaje juega un papel preponderante al inscribirse casi como un personaje màs. ¿Còmo sobrevivir en una isla desierta; aferràndose a los canones establecidos por una sociedad que , aquì y ahora, ya no significan nada, o adaptàndose a las nuevas circunstancias? De un lado tenemos a Ralph, intentando imponer una libertad basada en el bien comùn; del otro a Jack, procurando por la supervivencia del grupo; uno acatando reglas que permitan el mantenimiento del individuo, otro entregado a un afàn gregario que al final lo lleva a borrar su rostro tras una màscara. ¿Cuàl de los dos es el tirano? ¿Ralph, con regulacioones calcadas de un modelo ajeno a la situaciòn, o Jack que impone nuevas reglas; ambos procurando por la permanencia, Ralph a base de libre elecciòn, Jack utilizando la cohersiòn? La caracola encontrada por casualidad al fondo de la laguna, como sìmbolo de participaciòn colectiva- que no democràtica-,frente a la lanza, instrumento fabricado en el cual reposa la fuerza de una voluntad individual. Y una vez rota la caracola, Ralph no es diferente de los Cazadores: un animal acorralado por el miedo, la rabia y el instinto de supervivencia, que igual puede matar, con tal de preservar su vida y su libertad.

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